Fuerteventura ha perdido a uno de sus símbolos, el mero Máximo, cuya imagen ha dado la vuelta al mundo a través de los miles de amantes del buceo que han descubierto la riqueza marina del Veril de Jandía, un auténtico tesoro bajo el mar. Todo indica que los furtivos han acabado con su vida. Desde hace un mes, los submarinistas que realizan inmersiones en la zona no han logrado localizarlo. La afabilidad del animal y su relación con los buceadores quedó rota desde entonces porque nadie ha logrado fotografiar al mero más famoso de la isla majorera. Sus imágenes quedarán grabadas para la historia.

Máximo vivía en una cueva del arco del Veril Grande. Solía salir para alimentarse e incluso para hacer vida social, no en vano era frecuente observarlo relacionándose con las especies que habitan en ese santuario marino. Estaba a punto de cumplir cuatro años de vida y un peso que rondaba los 20 kilos. Su encuentro con Nicolás Caraballo fue en 2016 cuando era muy joven y pesaba poco más de un kilo. Caraballo, submarinista y reputado fotógrafo marino, lo bautizó con ese nombre. Desde entonces se creó entre ambos una estrecha relación. No había descenso a los fondos del veril sin que ambos mantuvieran ese feeling. Los había unido el mar y la fotografía. Caraballo posee cientos de imágenes del animal, prácticamente de todas las etapas de su evolución.

"Cuando terminó la fase de confinamiento lo vimos solo un día. Estuvimos en contacto con Máximo, lo fotografiamos, pudimos compartir el mismo espacio de siempre y se comportó con la naturalidad y empatía de hace años. Luego le perdimos la pista", apuntó Nicolás Caraballo a este periódico desde su empresa ubicada en Solana Matorral, en la localidad de Morro Jable. Sin embargo, el peligro para las especies que habitan en estos fondos marinos está presente cada día, curiosamente en una zona declarada por la Unión Europea como Lugar de Interés Comunitario (LIC). La falta de protección, vigilancia y control permite que sean los furtivos quienes ejerzan una ilícita actividad, principalmente barcos foráneos que sin ningún tipo de escrúpulos tiran sus redes con la disculpa de coger carnada y arrasan con lo que encuentran en el fondo.

Tampoco escapan al furtivismo algún pescador deportivo que aprovecha la situación de la Covid-19 para salir al mar y tratar de pescar en las inmediaciones de el Veril. Uno de los ejemplos lo tenemos en que hace escasos días los submarinistas del club Oxígeno localizaron una tortuga con un enorme anzuelo, naylon y calacimbre. Tras rescatar el quelonio, que fue intervenido quirúrgicamente para extraerle los aparejos de pesca. Actualmente se recupera en el Centro de Recuperación y Conservación de Tortugas Marinas, en Morro Jable.

"Mi querido Máximo en tres años te he sacado anzuelos, rapalas que casi te arrancan la cara y ahora esto, totalmente rajado en el labio y el ojo lo has salvado de milagro. Por mucho que curramos para que tu vida no corra peligro y te podamos proteger me da a mi que no llegaremos a tiempo". Este epitafio lo escribió en su muro de Facebook, Nicolás Caraballo, director del centro Fuerteventura Buceo hace un año.

Rabia e impotencia

La rabia e impotencia se ha asentado en los diferentes representantes de las empresas de buceo que operan habitualmente en el Veril de Jandía que habían encontrado en Máximo un importante punto de interés, junto a otras especies, para los miles de turistas que llegan a la isla para descubrir las maravillas de los fondos marinos y sus exuberantes especies de fauna y flora.

El Veril de Jandía, uno de los santuarios submarinos de Canarias, un acuario natural, se encuentra ubicado frente al faro de Morro Jable, en la zona de Solana de El Matorral. Se encuentra señalizado con boyas, a unos 200 metros de la playa; incluso hay un cabo sumergido a unos seis metros de profundidad que guía a los buceadores desde la playa hasta el comienzo del veril, que es una pared cuya parte superior comienza a unos 20 metros de profundidad y cae verticalmente hasta los 40 metros. Allí, los amantes del buceo pueden encontrar una amplia variedad de especies.

Unos 50.000 turistas elegían cada año Fuerteventura para practicar la actividad de buceo, especialmente de Alemania, Reino Unido y España. Representan un turista de alto poder adquisitivo dado que los datos apuntan que el gasto diario ronda los 130 euros diarios durante su estancia, que oscila entre nueve y 10 noches. El clima, la hospitalidad, la tranquilidad y los tesoros que esconde Fuerteventura bajo el mar son las principales valoraciones de los visitantes para practicar la actividad del submarinismo.

"Lo siento amigo hemos luchado y hemos perdido, quien tenia que defender tu casa nos falló y los que te daban caza no desistieron hasta el triste y desgarrador final. Llevo días, semanas, buscándote y se que te han matado. Ustedes señores responsables de que esta zona única en Canarias se proteja ¿hasta cuando?, ¿qué esperan para proteger lo poco que queda? Adiós Máximo. Nos veremos algún día en el Gran azul". Esta fue la despedida de Nicolás Caraballo a su amigo, el mero Máximo, con el compartió numerosas jornadas bajo el mar. Mientras tanto, los furtivos siguen al acecho.