Los jóvenes canarios se han alzado contra el estigma social que ha empezado a asociarse a los menores de 30 años debido al incremento de casos de coronavirus entre este colectivo. Según los datos que maneja la Consejería de Sanidad, el 85% de los nuevos contagios que se han dado en Canarias se han producido en jóvenes menores de 30 años, lo que ha provocado que muchas de las nuevas imposiciones del Gobierno de Canarias se hayan orientado a garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad en los lugares que más frecuentan en verano, como los locales de ocio nocturno, las terrazas, los bares e, incluso las playas. Los veinteañeros consideran que las medidas son justas y necesarias, pero insisten en que no se debe caer en la tentación de señalarlos cuando la "irresponsabilidad" ha sido de "unos cuantos".

En los últimos datos de la Consejería de Sanidad, los casos en jóvenes de 20 a 29 años se han disparado y ahora suponen el 16,4% del total de casos diagnosticados en el Archipiélago. La isla más afectada es, de lejos, Gran Canaria. De los 1.101 casos que se han hallado entre los ciudadanos grancanarios, el 23% se han dado en el grupo de edad entre 20 y 29 años. Un porcentaje mucho mayor que el que tiene la otra isla más afectada por la pandemia, Tenerife, en la que tan solo el 10% de los jóvenes en esta franja de edad han sido diagnosticados por Covid-19. "Parece alarmante, los números son elevados y es muy abrumador", señala Ayoze García, trabajador en formación del Programa de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE) Dinaccion Tacoronte 2019, que concluye que las nuevas medidas de contención de la Covid-19 impuestas por el Gobierno de Canarias "llegan tarde", pues "se han tomado decisiones erróneas desde la fase 3". Para el joven, el Gobierno no ha sabido adelantarse a una situación que para otros, "era esperable".

Moisés Rodríguez, portavoz del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna (ULL) y presidente de Estudiantes de Ciencias y Ciencias de la Salud de la Universidad de La Laguna (ECCSUL), recuerda que "ahora los jóvenes sin ocupación tienen más tiempo libre" y así se incrementan las posibilidades de que salgan a hacer distintas actividades de ocio, tengan contactos con otras personas y, finalmente, se contagien.

Más PCR a asintomáticos

Tampoco sorprende el aumento de casos a Triana García, trabajadora en formación del PFAE Dinaccion Tacoronte 2019, que afirma que en estos momentos se están haciendo más test de PCR a la población en general y relaciona esta circunstancia con el mayor número de casos asintomáticos y jóvenes diagnosticados. "Antes nos contagiábamos igual, pero no se nos hacía la prueba", resalta Triana García.

"Hacía falta implantar estas normas", resalta Ayoze García, pues considera que es necesario una "mayor concienciación para que la gente joven respete las normas". Moisés Rodríguez lo matiza pues considera que la concienciación debe ser para toda la sociedad por igual. El portavoz del consejo de estudiantes es, además, contundente al afirmar que las normas son correctas, pero "no es de recibo que suenen como reprimenda a los jóvenes". "Es cierto que el mayor número de casos se está dando en menores de 30 años, y es alarmante, por lo que hay que pedir medidas por salud, pero no se nos debe estigmatizar", señala Rodríguez, que sentencia: "irresponsables hay en todos lados". "El otro día me encontré a un señor muy mayor sin mascarilla por fuera del centro de salud", rememora Triana García, que considera que esto quiere decir que también hay personas más adultas que no cumplen las normas y, por eso, "no es justo que se eche toda la culpa a la juventud".

Para otros, como la presidenta de la Asociación Canaria de Estudiantes (ACE), Zuleyma González, las medidas están bien, pero se deben orientar los controles exhaustivos a los "guateques de garaje". "Se deben controlar las fiestas multitudinarias, que cobran 10 o 15 euros por entrada y que se realizan en fincas privadas", sentencia González.

Según la Consejería de Sanidad el foco está justamente en las fiestas realizadas en discotecas y otros establecimientos dedicados al ocio nocturno. Pero como señala Zuleyma González, se debe recordar que "no todos los jóvenes entendemos divertirnos como salir de fiesta". "Se está dando ese mensaje y no es así", señala la también secretaria del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna (ULL). En este sentido también se manifiesta Moisés Rodríguez que señala que "no creo que esta imagen de los jóvenes sea representativa de todo el colectivo". Rodríguez lo considera así porque "si todos tuviéramos una mala actitud, los contagios habrían ido a más". En estos momentos, la mitad de los brotes activos en Canarias (28) se han dado en el ámbito social, que normalmente está asociado a las celebraciones propias de los veranos prepandemicos, ya sean en el ámbito privado -e ilegales en el contexto actual- o en los locales de ocio nocturno habilitados para ello. González considera que los jóvenes asisten a estos eventos "sin maldad", sino más bien "por hacer la pillería o por propia inconsciencia".

Faltan controles

Triana García considera que el problema es la falta de vigilancia: "el ocio en general de la juventud no está controlado". Ella lo ha vivido en sus propias carne. Cuando comenzó la desescalada decidió acudir a local de ocio nocturno, pagó la entrada por la que podría consumir una copa, pero una vez llegó y vio con el "caos" al que se iba a enfrentar, decidió darse la vuelta y volver a casa. "Estaban todas las mesas juntas en un espacio muy reducido; me fui sin tomarme la copa".

Lo característico de este colectivo es que la mayor parte de los contagiados por Covid-19 son asintomáticos o cursan la enfermedad con síntomas leves, lo que a ojos de estos jóvenes les ha dado una falsa sensación de seguridad. "Hemos adquirido una actitud frente a la pandemia de empoderamiento y fuerza", señala González, que considera que esto puede provocar que a algunos no les importe enfrentarse al patógeno. Si no es así, aunque se protejan, "cuando llevan una o dos copas, lo olvidan", indica Triana García, que sentencia que "sentido común es lo que falta".