¿En una fase informativa tan convulsa, con qué Gloria Lomana nos vamos a encontrar: con la periodista o con la ciudadana?

Se refiere al momento que vive la Casa Real española, ¿no?

Sí, a la salida del rey emérito de España y a todo lo que se está hablando estos días...

Lo estoy viviendo como una ciudadana más: en mi vida hay un antes y un después del periodismo. Le he entregado 40 años a esta profesión y, sinceramente, creo que ya me he ganado el derecho a contemplar el mundo de la información desde la distancia... Es verdad que nunca voy a dejar de sentirme periodista, pero es fácil acostumbrarse a no vivir pensando las 24 horas del día en el periodismo. Ahora me estoy regalando un tiempo para mí y para los míos.

¿Con menos tensiones que las que vive el Rey de España?

Felipe VI está intentando capear con serenidad el periodo más difícil que hemos atravesado los españoles en la etapa democrática. Con cuatro crisis sobre la mesa, el Rey se está comportando de una manera ejemplar.

Demasiadas crisis entre tanta inestabilidad, ¿no?

España tiene muchos frentes abiertos... Hay una crisis sanitaria como nunca habíamos conocido, un caos económico que ya nos están advirtiendo que será el mayor drama al que nos enfrentamos las personas que seguimos vivas, un desastre constitucional que nos lleva a los días más oscuros de nuestra historia contemporánea y un grave deterioro político que debería hacer reflexionar a los partidos para que actúen con más de altura de miras.

¿Este es el momento más delicado desde el 23F?

Sin duda alguna que lo es; el 23F fracasó, al menos desde el punto de vista del Ejército constitucional, en gran medida gracias a la ejemplaridad que demostró entonces el Rey Juan Carlos. El perpetuo desafío independentista y las crisis ya reseñadas también pusieron en jaque a un país que se está acostumbrando a dudar de sus instituciones; los ciudadanos desconfiamos de la corona, del Estado, de la Justicia, de nuestros políticos...

¿Juancarlista o felipista?

¿En mi caso?

Sí...

Defensora de las instituciones... No me considero una persona con una etiqueta, pero sí creo que España necesita ahora mucha certidumbre, estabilidad y pocas aventuras. Las personas que están pensando en esas aventuras deberían reflexionar en torno al modelo por el que quieren cambiar lo que hasta ahora ha funcionado.

¿Defraudada con el comportamiento del rey emérito?

Lo que está ocurriendo alrededor de su figura ha creado un apesadumbramiento a muchas personas... Don Juan Carlos ya tuvo que pedir un perdón público hace años con ocasión de la matanza del elefante e imagino que estará arrepentido por las acciones equivocadas que cometió después... Los episodios personales del rey emérito desagradan a todo el país. Resulta lamentable y penoso que estas circunstancias terminen sepultando otros comportamientos que no tenían tacha y que en su día fueron un ejemplo de democracia, no solo en España sino en países de América Latina que vieron en él una figura a seguir.

¿Cree que el sistema judicial llegará hasta las últimas consecuencias?

Es que si ya ponemos en duda el sistema judicial estamos muertos... Todos sabemos que la justicia es desesperadamente lenta, pero esta al final llega. Sigo pensando que los poderes del Estado son independientes y que la justicia debe tratar a todos por igual.

Doña Sofía es otra pieza real que está en una situación comprometida...

Estamos viviendo un momento bastante curioso: ella ha decidido quedarse en España y él no. De alguna forma estamos asistiendo al divorcio de factum de los reyes eméritos después de tantos años de tensiones. Sí. Entre la decisión del hijo y la decisión de su marido se encuentra una mujer que no lo debe estar pasando nada bien.

¿Cree que este asunto pasará factura al Gobierno de Sánchez?

La tensión que se percibe entre el PSOE y Unidas Podemos no está siendo mayor en las últimas horas que hacer tres o cuatro meses. La cohesión de este Gobierno requiere de un gran ejercicio de hilatura fina que en ocasiones se rompen porque los posicionamientos de unos son completamente contrarios a los de los otros. Lo que sí me gusta en la firmeza que muestra Pedro Sánchez cuando habla de un asunto que supera sus competencias. Su mesura y temple es un buen aval para mantener la calma en unos días tan convulsos. A su socio lo conocemos y, por lo tanto, sabemos cómo se suelen mover a la hora de abordar determinados asuntos. Alguien tiene que poner algo de cordura en medio de una espiral tan destructiva, ¿No?