Los libreros del Archipiélago alertan de la iniciativa de diversos centros educativos públicos que se encuentran vendiendo libros de texto para el próximo curso escolar con precios más competitivos que los de los negocios de las Islas. La Asociación de Libreros de la provincia de Santa Cruz de Tenerife ya ha dado a conocer esta práctica a la organización a nivel nacional, así como a la Consejería de Educación de Consejería de EducaciónGobierno de Canarias, a la que reclama ahora que ponga en marcha herramientas para revertir esta competencia desleal de las editoriales.

Se trata de una situación que se viene repitiendo desde hace años pero que la crisis del coronavirus ha agravado, lo que tanto perjudica a las librerías canarias. La presidenta de los libreros de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Remedios Sosa, indica que esta crisis provoca que las familias busquen mayores comodidades y en zonas como La Laguna ya es común que algunos centros públicos oferten la posibilidad de comprar los libros de texto en sus instalaciones.

Una práctica irregular

Esta práctica es totalmente irregular. En primer lugar, los espacios públicos como estos centros escolares no pueden vender productos dentro de sus instalaciones. Si bien pueden adquirir bienes, no pueden llevar a cabo transacciones con las familias del alumnado. Además, los centros venden estos libros con precios al por mayor, por lo que las librerías canarias no pueden competir con la oferta que realizan. Remedios Sosa reconoce que "está claro que nos encontramos ante un cambio de paradigma pero hay que ser conscientes de que las librerías cumplen una función social y no podemos permitirnos desaparecer". Y es que la librera añade que estos negocios sobreviven en la actualidad gracias precisamente a la campaña educativa que tiene lugar durante los meses de verano y comienzos de otoño, por lo que no se pueden permitir que la práctica de los centros públicos siga extendiéndose.

Los centros públicos no solo ofrecen estos días precios más competitivos sino que además mejoran las condiciones que tienen las librerías durante esta campaña escolar. En este sentido, las editoriales permiten a los colegios devolver todos aquellos libros que no vendan sin tener que enfrentarse a ningún tipo de penalización mientras que los librerías tan solo pueden devolver una parte del material previamente solicitado y que no han logrado vender, y además han de hacer frente a un recargo económico. Es por esta razón que las librerías están ahora trabajando a través de reservas para no pedir más mercancía de la que finalmente podrán colocar.

Es por eso que los libreros dan por perdida esta campaña educativa pero esperan que la consejera de Educación -con la que ya han solicitado una reunión- se ponga en contacto con ellos pronto para poder abordar esta situación. Y es que estos comercios no solo tienen que hacer frente a la competencia desleal de las editoriales con la venta de libros en los centros públicos sino que además la llegada de los materiales digitales está dejando huella también en este castigado sector.

En este sentido, el tesorero de la Asociación de Libreros de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Esteban Hernández, explica que "muchos centros están optando por adquirir licencias digitales y, aunque a priori pueda acarrearnos problemas, las librerías también ofertamos este tipo de productos; lo que pedimos es que los centros no se pongan en contacto directamente con las editoriales, sino que nos lo compren a nosotros".

Ayuda institucional

Ante esta desesperada situación, los libreros solicitan a la Consejería de Educación que tome las riendas y colabore con ellos fomentando la compra de material escolar en estos pequeños negocios de las Islas. Remedios Sosa recuerda que en el año 2011 el Gobierno de Canarias firmó junto a la Dirección General de Comercio y CajaCanarias un revolucionario convenio de colaboración para repartir tarjetas escolares entre las familias con escasos recursos y ayudar en la compra de libros. "Fue una iniciativa pionera en España y que más tarde llegó a otras comunidades autónomas, donde ahora disfrutan del cheque libro, que es una muy buena idea", rememora.

La presidenta de los libreros de la provincia reconoce que "es muy difícil que el Gobierno atienda nuestras peticiones para el próximo curso pero tenemos que empezar a trabajar para que la situación se pueda revertir". De este modo, reconoce que "firmar un nuevo convenio podría ser muy costoso para todos y por eso apostamos por el cheque libro, aunque sea una herramienta incómoda para los libreros porque no cobramos sobre la marcha". En última instancia, Sosa recuerda que las librerías son pequeños comercios de las Islas y "el Gobierno de Canarias prometió ayudar a las pequeñas y medias empresas del Archipiélago, así que necesitamos que se nos escuche para no desaparecer", concluye.