Si todo sigue según lo planeado, los niños volverán al colegio dentro de un mes y medio con medidas estrictas de seguridad sanitaria para evitar el avance del enemigo: el coronavirus. Mientras tanto, los científicos siguen investigando sobre la verdadera capacidad de contagio de los menores. La ciencia ha pasado de sospechar que los niños podrían ser supercontagiadores silenciosos a considerar que su impacto en la transmisión de la Covid-19 es mínimo, aunque todavía no hay un verdadero consenso al respecto. Por esto, la Asociación Canaria de Investigación Pediátrica (ACIP) ha puesto en marcha un estudio sobre el papel que juegan los niños en la transmisión del virus dentro de los núcleos familiares. Al frente del estudio está el pediatra y vicepresidente de la ACIP, Yeray Nóvoa, quien destaca que al inicio del confinamiento se les otorgaba un rol de responsabilidad a los menores como agentes transmisores del virus, pero "en marzo la evidencia era que los niños no tenían ese poder diseminador tan importante".

Todavía quedan dos meses de trabajo para conocer las conclusiones de la investigación - Dinámica de transmisión familiar del virus SARS-CoV-2 en Gran Canaria. Grado de afectación en la edad pediátrica-, pero Nóvoa adelanta que con los datos que tenían hasta principios de junio, "todo parece indicar que ninguno de los niños ha sido el principal foco infeccioso de su hogar y que los menores se han contagiado a partir de algún conviviente adulto".

Para iniciar el proyecto, los profesionales se han puesto en contacto con las personas que han tenido una prueba PCR positiva en Gran Canaria y les han citado, a ellos y a sus convivientes, para someterles a un test serológico y determinar quiénes tienen anticuerpos que indiquen que han pasado la Covid-19, con o sin síntomas. Unas 700 personas, pertenecientes a más de 400 familias, han accedido a participar en el estudio en el que están implicados una treintena de especialistas. "Los voluntarios del estudio suelen ser muy receptivos porque son familias en las que algún miembro ha vivido el coronavirus, aunque no todas quieren participar, porque lo han pasado muy mal y no quieren saber nada del tema, algo que también es muy respetable", detalla Yeray Nóvoa.

Los investigadores también realizan una encuesta epidemiológica para detectar la cronología de la cadena de transmisión dentro del entorno familiar. Factores como el sexo, la edad, características del confinamiento (cumplimiento de las normas, tipo de vivienda o el número de personas que componen el núcleo familiar) o patologías previas, son algunos puntos que aborda el estudio con la finalidad de determinar qué factores influyen en la transmisión de la enfermedad dentro del mismo hogar.

Nóvoa destaca, como "algo novedoso", que el análisis también cuantificará la expresión del receptor ECA2 y la proteasa TMPRSS2 en saliva -ambos relacionados con la entrada del virus SARS-CoV-2 en las células del epitelio respiratorio-, con el objetivo de explorar su posible influencia en la infectividad del virus en los diferentes grupos de edad. El investigador principal señala que hay estudios preliminares realizados en Estados Unidos que determinaron que "el número de receptores aumenta con la edad y los autores concluyen que este podría ser uno de los factores por los que las personas mayores se contagian más".

La investigación, liderada por el servicio de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario Insular-Materno Infantil (CHUIMI) y ACIP, cuenta con la participación de los servicios de pediatría de atención primaria y microbiología del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín y del CHUIMI. Además, recibe el apoyo financiero de la Fundación DISA, que aporta 27.500 euros. Sara Mateos, directora de la Fundación, señala que desde su organización están impulsando la investigación biomédica en Canarias y están en continuo contacto con el tejido investigador de las Islas. "Al ver el papel que se le daba a los niños como supercontagiadores, contactamos con ACIP para ver si tenían alguna investigación en mente", explica Mateos. Quien añade que "tras lo acontecido en los últimos meses no podíamos dejar de colaborar en la lucha contra la Covid-19 y hacerlo de la mano de nuestros profesionales de la salud y la investigación, nos parece la mejor forma de aportar nuestro granito de arena para el desarrollo y crecimiento de la sociedad canaria".

Atención a domicilio

El pediatra del equipo de intervención domiciliaria para la Covid-19 en Gran Canaria y uno de los principales impulsores del estudio, Abián Montesdeoca, afirma que la mayoría de los niños y adolescentes a los que les han hecho seguimiento en las isla tras dar positivo no ha tenido ningún síntoma. "Algunos han tenido cuadros leves con fiebre, dolor de cabeza y un poco de tos, pero en dos o tres días ya estaban recuperados", asegura.

Como profesional de la pediatría, Montesdeoca sostiene que la reacción de los niños cuando se enfrentan a una situación adversa no deja de sorpréndele y destaca la gran capacidad de los menores para adaptarse a cualquier situación. "Es curioso que cuando les hacemos las pruebas, a pesar de que son molestas, los niños se portan mejor que los adultos", asegura el pediatra. Quien reconoce que durante esta crisis sanitaria ha tenido una perspectiva mucho más cercana de las realidades sociales, porque entran en las casas y conocen de primera mano las circunstancias de cada familia. Por esto, asegura que "no es lo mismo atender en consulta que en los domicilios".