La Universidad de La_Laguna (ULL) ha puesto en marcha el proceso de convocatoria para acceder a una plaza de alojamiento en uno de los cuatros espacios de los que dispone la institución académica para tal fin. Pero la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus ha obligado a disminuir el número de plazas ofertadas, que han pasado de medio millar en años anteriores a tan solo 300 para el curso académico 2020/2021. El plazo de presentación de solicitudes ya ha finalizado y el proceso culminará en el mes de septiembre con la publicación de las listas definitivas puesto que no será hasta el 1 de octubre cuando abran sus puertas los colegios mayores San Fernando, San Agustín y Santa María y la Residencia Universitaria Parque de las Islas.

La necesidad de mantener la distancia de seguridad entre los usuarios y una exhaustiva limpieza de las residencias han obligado a la ULL a reorganizar los espacios y reducir el aforo en habitaciones dobles o en aquellas que tienen baño compartido. La vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad de la ULL, Lastenia Hernández, recuerda que, "este año, la especial situación que estamos viviendo nos ha obligado a tomar medidas de tipo sanitario novedosas y por eso hemos decidido ofertar son solo plazas para habitaciones individuales y sin baño compartido".

La vicerrectora recuerda que el Colegio San Agustín únicamente cuenta con habitaciones y baños individuales por lo que se mantendrá el número de plazas que normalmente se oferta. En el caso del Colegio Mayor San Fernando, la mayoría de los espacios son individuales, por lo que se perderán muy pocas plazas, que afectarán tan solo a las habitaciones dobles.

El Colegio Mayor Santa María y la Residencia Universitaria serán los lugares donde se produzcan más cambios. "En el colegio mayor estamos ofertando tantas plazas como baños hay, por lo que hemos pasado de casi un centenar de plazas a solo 46", indica Hernández. En el caso de la Residencia de Estudiantes, las habitaciones son de uso individual pero cada dos cuartos existe un baño compartido, por lo que ha habido que reducir a la mitad las plazas ofertadas.

A estas limitaciones se une también la prohibición de usar las zonas comunes de estas residencias, exceptuando el comedor y la lavandería, aunque todas estas medidas pueden cambiar según vaya evolucionando la situación sanitaria. Lastenia Hernández explica que se establecerán turnos en los comedores y las lavanderías y siempre se tendrá que mantener la distancia de seguridad establecida por las autoridades sanitarias. Además, la ULL plantea también la posibilidad de abrir las aulas de informática pero siempre estableciendo un sistema de cita previa para poder usar los ordenadores.

La asignación de plazas de las residencias se realizará con los mismos criterios que en años anteriores. Esto es, acreditar una situación de absoluto desamparo económico; que el lugar de residencia esté ubicado a un mínimo de 40 kilómetros del centro de estudios; y, para los estudiantes que no son de nueva matriculación, contar con un porcentaje mínimo de asignaturas aprobadas. Como novedad, en esta ocasión, las listas de adjudicación de las plazas para las cuatro residencias estarán unificadas y no se diferenciarán las listas de los diferentes espacios, por lo que cabe la posibilidad de que alumnos que en años anteriores se encontraban alojados en una residencia tengan que habitar el próximo curso en otro lugar.

Otras alternativas

A la espera de que se publiquen las listas definitivas para la asignación de las plazas, la vicerrectora de Estudiantes y Empleabilidad afirma que la demanda este año ha estado bastante nivelada teniendo en cuenta la reducción de plazas que han sufrido estos espacios. "Nos encontramos en unos niveles bastante similares a los de años anteriores, a pesar de que el año pasado experimentamos un incremento de solicitudes, que lo asociamos al auge de los alquileres vacacionales". Y es que explica Hernández que en zonas como La Laguna, muchos propietarios han apostado por reformar sus viviendas y dedicarlas al alquiler vacacional, por lo que la bolsa de viviendas para estudiantes se ha reducido considerablemente, dejándoles sin opciones más allá de las residencias universitarias.

"El próximo año será muy peculiar para todos nosotros debido a todas las medidas que tendremos que poner en marcha para hacer frente a la crisis sanitaria y además las condiciones económicas serán bastante peores para nuestros estudiantes", reconoce Lastenia Hernández. Por todo ello, la Universidad de La Laguna busca fórmulas para poder ayudar a los alumnos.

En este sentido, la decisión de la ULL de ofrecer un inicio de curso con lo que se ha pasado a denominar presencialidad adaptada permitirá seguir parte de la docencia de manera virtual. "Esto ha hecho que el alumnado que proviene de otras Islas se estén planteando pasar parte del curso en sus casas y viajar a Tenerife tan solo para realizar las prácticas, siempre y cuando que lleguen a acuerdos con sus docentes", relata la vicerrectora.

Además, la ULL proyecta un trabajo conjunto con diferentes cabildos para generar una bolsa de viviendas de alquiler que puedan ser ofertados a los alumnos si termina siendo necesario. "Aún no estamos trabajando en esta idea pero si se llegaran a quedar muchos alumnos sin plaza en las residencias activaríamos este plan", comenta Lastenia Hernández, quien concluye que "nuestro objetivo es que ningún alumno se quede sin estudiar porque no existan plazas en los colegios mayores".