La consejera de Educación, la socialista Manuela de Armas, admitió ayer que estudia que haya enfermeras de zona, así como orientadores escolares, para que ayuden a un inicio de clases "tan complicado" marcado por la pandemia. Manuela de Armas aludió a este asunto durante el debate de una interpelación sobre la planificación del curso escolar que promovió la diputada del grupo Nacionalista Canario Beatriz Calzada, para quien la Consejería está "improvisando" en este ámbito por no haber actuado a tiempo.

La consejera negó este extremo y precisó que Canarias ha sido la séptima comunidad en presentar el protocolo de inicio de curso, por el que cada centro deberá contar con su propio plan de contingencia y la mayor parte, añadió, ya lo tienen organizado. El regreso a las aulas será "el movimiento más grande" que se va a producir en las Islas, mayor que el turístico, y de ahí la importancia de crear "aulas burbuja" para hacer un seguimiento en caso de que se produzca un brote de Covid-19.

Manuela de Armas, que se reunirá el viernes con representantes de las escuelas concertadas, detalló que en el protocolo se establece que habrá un "responsable Covid" en cada centro pero que tendrá un papel limitado a notificar a familias y al centro de salud si hay un alumno o un docente positivo, y a partir de ahí "se desentiende" y es Sanidad la que actúa. La consejera subrayó además que habrá que adaptar el currículo a una evaluación inicial de los alumnos porque habrá niños que necesitarán un refuerzo, por lo que además insistió en que se incrementará el número de docentes "empezando por primaria".

Admitió que hay dificultad en el sur de las Islas en cuanto a la reducción de las ratios porque "ya están a tope", por lo que será necesario hacer turnos de mañana para los pequeños y de tarde para los de Bachillerato, y la Consejería intentará además que se reduzca el horario vespertino.