Evitar los daños cerebrales provocados por el covid-19. Ese es el objetivo del Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC y de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), que ya ha empezado un estudio conjunto con el Servicio de Hematología del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, para ver el efecto de la enfermedad en las células de los vasos sanguíneos y sus alrededores, saber por qué se producen los trombos y tratar de evitarlos antes de que provoquen daños irreversibles en las neuronas.

El director del Instituto de Neurociencias, Salvador Martínez, explica que el virus "también daña al cerebro". De hecho, por los estudios que ya se han realizado calcula que "un 10% de los pacientes covid desarrolla una inflamación grave que les lleva a la UCI y de ellos pensamos que más de un 20% puede sufrir isquemias, pequeñas lesiones en el cerebro al no haber llegado la sangre de manera adecuada". O lo que es lo mismo, minitrombos que no dejan pasar a la sangre hasta los últimos vasos cerebrales.

Esta sucesión de pequeños trombos provoca la muerte de las neuronas que hay alrededor de la zona afectada.

Y eso lleva a los investigadores a preguntarse también cómo repercutirán esas lesiones en los pacientes en el transcurso de su vida. "¿Sufrirán demencias u otros síntomas neurológicos de forma prematura al haber resultado dañadas neuronas?", es la pregunta que se hace Salvador Martínez y a la que también quiere dar respuesta con el estudio que impulsan en Neurociencias.

Los estudios preliminares ya están en marcha, pero para continuar necesitan financiación. Por eso el Instituto ya ha recurrido a las convocatorias para investigación del Instituto de Salud Carlos III, de la Fundación BBVA y de la Sociedad Europea de Hematología que permitirían contratar personal específico para llevar a cabo el estudio.

Los daños que se hayan producido en las neuronas de pacientes de coronavirus durante todo este tiempo ya son irrecuperables, pero se trata de evitar daños en los futuros pacientes.

"El objetivo es evitar esos daños microvasculares mediante un tratamiento adecuado. Es decir, que cuando llegue un paciente además de proporcionar el tratamiento antiviral, se trate al mismo tiempo a las células de los vasos sanguíneos para que no se produzca la trombosis", explica el responsable del instituto.

El covid-19 ataca, pero la respuesta al efecto del virus en los pacientes varía. Un grupo ha desarrollado una respuesta inmune exagerada que es la que provoca una gran inflamación, la conocida como tormenta de citoquinas, que ha generado los casos más graves de neumonía. Y se ha producido en mayor medida en los casos en los que estos pacientes padecían otras enfermedades como hipertensión o diabetes porque ya de por sí esas patologías afectan a la pared de los vasos sanguíneos. Por lo que en un porcentaje nada desdeñable del 20% esa reacción exagerada ha provocado también pequeños trombos que han dañado al cerebro.

El Instituto de Neurociencias ya tiene en marcha un ensayo clínico precisamente para evitar los casos más graves de coronavirus. Se trata del uso de un potente medicamento antiinflamatorio, el defibrótide, que ya se utiliza para complicaciones en trasplantes de médula ósea. El Instituto de Salud Carlos III ha aprobado y financiado este ensayo con 115.000 euros.

El ensayo quiere probar que el defibrótide disminuye la inflamación endotelial y favorece la tolerancia inmune de los pacientes después de que en animales aumentara la supervivencia del 0 al 80%. Al registrase un menor número de casos en las últimas semanas el ensayo se paralizó, pero cuentan con suficientes datos como para presentar resultados en los próximos meses. El laboratorio que fabrica este medicamento también podría colaborar con la financiación del nuevo estudio para identificar y prevenir las lesiones cerebrales causadas por el covid-19. Al final se trata del mismo objetivo, rebajar la inflamación para evitar los daños que ésta provoca en el organismo.

Olfato y gusto

Como es sabido, una parte de los afectados por el covid-19 han sufrido la pérdida del olfato y del gusto debido a la infección, pero la inmensa mayoría de los pacientes recuperan ambos sentidos una vez superada la enfermedad. El director del Instituto de Neurociencias lo atribuye a un fenómeno local de la mucosa olfatoria, pero descarta que la infección llegue al cerebro a través de esta mucosa como sí ocurrió en pacientes del SARS1 y el MERS, también coronavirus. "En el caso del covid no se ha demostrado más que la pérdida temporal del olfato y del gusto es uno de los síntomas que pueden presentarse", indica el investigador.