La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a seis años de prisión y 540 euros de multa a la mujer que en agosto del 2018 prendió fuego a las instalaciones de Urgencias del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria (Hunsc) y causó seis heridos. El fallo se produjo por conformidad de las partes ante el reconocimiento de los hechos por la acusada. La procesada deberá indemnizar al Servicio Canario de Salud en la cantidad que se determine en la ejecución de sentencia y a los heridos -cuatro policías y dos enfermeras-. La sentencia declara probado que entorno a las 15:30 horas del 13 de agosto, la implicada fue encontrada en las escaleras de un edificio bajo los efectos de haber consumido bebidas alcohólicas y fármacos. Fue trasladada por la Policía Local de Candelaria a Urgencias del citado hospital. Al comprobar que su estado no era grave, la enfermera encargada del triaje entendió que había otros pacientes con prioridad para ser atendidos, según informó ayer el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Una vez que la paciente recuperó "su estado normal de ánimo", sigue el fallo, se bajó de la camilla o silla donde estaba "y comenzó a pasear por varias estancias de Urgencias". Por ese motivo, cuando fue llamada para ser atendida (a las 17:30, a las 18:00 y a las 18:50 horas), no fue localizada, por lo que no pudo ser valorada y asistida por los servicios médicos". Con el paso del tiempo, la mujer "fue impacientándose" y "terminó por enfadarse al perder o desaparecerle su teléfono móvil".

Así, sobre las 20:45 horas, "actuando con pleno conocimiento y voluntad de lo que iba a hacer y cerciorándose de no ser descubierta", destaca la resolución, la acusada "se dirigió a la Sala de Observación de Urgencias Pediátricas, donde entonces no había ningún niño, pero sí en los boxes anexos, donde menores, junto a sus familiares, eran atendidos por los facultativos, y, con el mechero que llevaba, prendió fuego a la ropa de una cama que había en la referida sala". La mujer abandonó el lugar sin informar a nadie de lo que había hecho. Después, al comprobar la magnitud del incendio, se dirigió a dos policías nacionales y confesó lo que hizo. "Dada la cantidad de material altamente inflamable que se encontraba en dicha sala (sábanas, colchones, plásticos, alcohol), e, incluso, potencialmente explosivo (bombonas y canalizaciones de oxígeno)", sigue la sentencia, "el fuego y sobre todo el humo se extendió por toda la sala hacia otras estancias de Urgencias, sin que la pronta reacción de los vigilantes de seguridad que descubrieron el fuego pudiera contener el mismo con la utilización de una sola manguera". Sólo la rápida actuación del personal sanitario del centro, con la ayuda de policías y bomberos más tarde, permitió evacuar en unos minutos a los pacientes que eran atendidos en Urgencias, junto a sus familiares, "evitando una tragedia que podía haber alcanzado proporciones dantescas".