Una cría de oso pardo de unos seis meses ha sido liberada en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, en el suroccidente de Asturias, y será sometida a seguimiento para comprobar su adaptación al espacio para conocer la capacidad de supervivencia de estos ejemplares huérfanos en su primer año de vida.

El ejemplar fue localizado en las inmediaciones del río Naviego (Cangas del Narcea) el pasado 12 de junio y a la zona se desplazaron varios equipos para intentar localizarlo, una búsqueda que se saldó sin éxito y sin que tampoco fuera posible recabar información sobre la presencia en fechas cercanas de una osa adulta, lo que indicaba que estaba aislado del grupo familiar.

Tras instalar varias jaulas la osezna fue capturada y trasladada al Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje, donde se comprobó que se trataba de una hembra de unos seis meses y de 6,7 kilos de peso con buen estado de salud y se le colocó un emisor de señal de radiofrecuencia y de señal GPS que se desprenderá de su cuerpo tras unos meses con la muda de pelo.

La liberación se ha realizado en la zona que el personal técnico ha considerado óptima, por ser la que presenta condiciones similares a las del espacio donde fue capturado el ejemplar y el dispositivo de geolocalización colocado a la cría ha permitido realizar un seguimiento de sus movimientos y verificar que el proceso se está desarrollando de forma satisfactoria.

Según ha informado el Gobierno asturiano, el grupo de trabajo sobre el Oso Pardo constató en su última reunión la escasa información disponible sobre la supervivencia de estos ejemplares en la naturaleza basada en datos de seguimiento mediante transmisores de señales de posición.

Así, con el fin de atenuar este déficit y permitir adoptar medidas de gestión basadas en la mejor información disponible, se acordó actuar de forma proactiva en la captura de los ejemplares con el objetivo de dotarles de un transmisor que permita un seguimiento intensivo tras su liberación.

Entre las recomendaciones establecidas se fijó que el periodo de cautividad fuese el más breve posible para reducir el riesgo de habituación al ser humano, siempre que el estado de salud del animal no aconseje una atención y cuidados prolongados y , en este caso, permaneció 24 horas en el Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje completamente aislada.

La recuperación que ha experimentado la población de oso pardo en la cordillera en los últimos años conlleva que también sea más frecuente localizar crías solas, una situación se puede generar por distintos motivos y que se produce principalmente desde finales de la primavera hasta otoño cuando los animales tienen entre cinco y nueve meses.

En noviembre de 2019 también fue liberada en la parte leonesa de los Picos de Europa la osezna "Saba" tras pasar varios mese en cautividad después de su captura en mayo del pasado año en las inmediaciones del cercado osero de Proaza, en la zona central de Asturias, con desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas.

En ese caso se optó por su traslado al núcleo oriental de la cordillera cantábrica por la contribución que puede suponer a la hora de conectar la población osera de esta área, no muy numerosa, con la de la comarca occidental, mucho más estabilizada.

La población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica se estima en unos 330 ejemplares, 280 en la zona occidental -desde Lugo a la zona central de Asturias y León- y 50 en la oriental -Palencia, León y Cantabria-, dos supoblaciones separadas lo que impedía el intercambio genético aunque ya en 2008 se localizaron los primeros ejemplares "híbridos".