En España, el dolor crónico es un mal que afecta al 17% por ciento de la población adulta. La primera alternativa terapéutica son los fármacos, pero cuando estos no son suficientes se hace necesario abordarlo desde una perspectiva más global y aquí encuentra su sitio la psicología del dolor. La psicóloga clínica de Hospital Quirónsaud Tenerife Belén Díaz explica que los expertos disponen de diferentes estrategias en el manejo de la atención, los pensamientos y la modificación de conductas orientadas a aliviar la intensidad y la frecuencia del dolor. "En consulta se orienta al paciente para que pueda recuperar su vida y conviva con el dolor sin que este le controle", explica, "pues la no aceptación del mismo conlleva irritabilidad, ansiedad, frustración, tristeza, desesperanza, pesimismo y lucha constante, lo que aumenta considerablemente los efectos del dolor".

Díaz detalla que el dolor es "algo muy complejo" y no sólo está implicada la sensación física, sino otras percepciones y experiencias afectivas, relacionadas con elementos psíquicos, biológicos y socioculturales. Por ello, es muy importante que se aborde no sólo desde el punto de vista farmacéutico, sino también desde otras perspectivas más globales.