"Los inmigrantes, cuando llegan a las costas, automáticamente se les recoge, atienden y se les somete a estrictos controles sanitarios. Si son positivos, entran a formar parte del marco que está protocolizado, por lo tanto no son ningún riesgo, porque desde el momento que se les recoge en las costas se les aplica el protocolo". De esta forma el jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias, aclara que la población migrante no constituye un peligro de nuevos focos de coronavirus, al ser uno de los colectivos con mayor control.

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias realiza pruebas PCR a todos los inmigrantes que llegan en patera al Archipiélago, antes de que comiencen su periodo obligatorio de cuarentena de 14 días. "El protocolo de vigilancia epidemiológica funciona muy bien, lo que es un riesgo es que empecemos otra vez a calentarnos la cabeza con ideas xenófobas contra estas personas que vienen huyendo de la hambruna. Me preocupa bastante que se extienda la idea de que los brotes nos vayan a venir por los inmigrantes. Por ahí no hay ningún riesgo, desde que toman tierra enseguida se les está sometiendo a todos los controles oportunos, no tienen ningún problema". Dichas declaraciones vienen a raíz de la preocupación en ciertos sectores poblacionales por el aumento de casos de Covid-19 en Fuerteventura, tras dar positivo 35 migrantes tras su llegada al puerto de Gran Tarajal, en dos pateras procedentes de El Aaiún, el 14 y el 18 de junio, respectivamente.

Según el epidemiólogo del Servicio Canario de Salud (SCS), no se trata de un brote propio de Canarias, al ser casos importados, de "ciudadanos que ya estaban enfermos cuando llegaron a la isla". Tanto las personas contagiadas y sus compañeros de embarcación están aislados en una nave del Cabildo de Fuerteventura, ubicado a las afueras de la ciudad de Puerto del Rosario, y convertido en albergue durante el estado de alarma.

Canarias ha superado los primeros once días de la denominada "nueva normalidad" sin nuevos focos. Pero no es el caso del conjunto del país, con unos 50 brotes en 12 regiones. Para García Rojas, dicha situación obedece a que hay una relajación de las recomendaciones sanitarias por parte de ciertos sectores poblacionales, derivada de una falsa sensación de haber salido de la crisis sanitaria.

"Debemos entender que la pandemia sigue ahí. Hemos conseguido romper los contagios con las estrategias clásicas de Salud Pública de aislamiento y cuarentena. En esta nueva situación en la que empezamos a recuperar parte de la normalidad anterior a la pandemia, tenemos que ser conscientes de que si queremos mantener la ruptura de contagios hay que cumplir tres cuestiones claves: mascarillas, lavado de manos y distancia física".

El jefe de Epidemiología del SCS hizo hincapié en que el mayor riesgo de rebrote está en no cumplir dichas recomendaciones sanitarias. "Es lo que está pasando en diferentes comunidades autónomas y en otros países de nuestro contexto socioeconómico. Se baja la guardia, se relajan las normas y no se es consciente de que seguimos en pandemia". Respecto a Canarias, su mensaje es positivo porque "estamos muy bien", pero insiste en que la pandemia continúa. "El microorganismo sigue conviviendo con nosotros, y hasta que no haya vacunas, debemos cumplir las medidas sanitarias (mascarillas, distancia física e higiene de manos), sólo así se estará en condiciones de evitar contagios y brotes".