El 40% de la superficie del archipiélago canario cuenta algún espacio natural protegido. Una red compuesta por 146 puntos que se unen para formar un patrimonio natural de muy difícil comparación. Lugares como el Parque Nacional del Timanfaya, el del Teide o el del Garajonay, entre otros, son algo más que un tesoro medioambiental.

Una riqueza ambiental que hacen de Canarias una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta. Un patrimonio que tenemos la obligación de conservar para contribuir al bienestar humano y al mantenimiento de la naturaleza, dos valores clave para la cultura del archipiélago. Pero se trata de un reto que solo se puede conseguir a través de un compromiso conjunto que cuente con la implicación de toda la sociedad.

Por un lado, por parte de las Administraciones Públicas, trabajando en aras del cuidado del entorno y a través del desarrollo de políticas que protejan el patrimonio de las islas, así como realizando una labor de sensibilización de la población. Por otro, mediante el compromiso de la ciudadanía, que, con gestos cotidianos como el ahorro de energía y agua, el consumo responsable y la separación de sus residuos de envases para su reciclaje, aporta su granito de arena en esta misión. Y, por último, por las empresas canarias que, cada vez de una forma más activa, apuestan por incorporar a sus estrategias un fuerte componente ambiental basado, en muchas ocasiones, en la innovación.

Precisamente, en esa arista de este triángulo equilátero, son varios los ejemplos que encontramos entre las empresas que ponen envases en el mercado que, además de cumplir con su responsabilidad ambiental -fijada por ley- para asegurar el reciclaje de esos envases a través del pago del Punto Verde (el símbolo verde con dos flechas), trabajan para que sean lo más sostenible posible antes de que lleguen a las manos de los consumidores.

Y eso lo hacen a través del ecodiseño; es decir, fabricando envases más sostenibles y con la menor huella ambiental posible. Para ello, Ecoembes, la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases en España, colabora con las empresas canarias para desarrollar distintas medidas que, entre otras, incorporen material reciclado en los envases, reduzcan la materia prima utilizada o faciliten su reciclaje.

Este es el caso la marca de agua mineral Fonteide, (perteneciente al Grupo Mahou-San Miguel), que gestiona un manantial natural subterráneo de la isla de Tenerife. Jesús Núñez, director general de la Unidad de Aguas del grupo, asegura que "tenemos que reducir nuestro impacto ambiental a través del ecodiseño de las botellas de plástico PET y, para ello, tenemos planes para reducir su gramaje, entre otros. Además, en otras marcas del grupo como Solán de Cabras, y muy pronto en Fonteide, el 50% del plástico PET que usamos para fabricar botellas ya es de origen reciclado". Núñez añade que también "utilizamos cartón reciclado 100% para el packaging que usamos para transportarlas y tenemos el sello FSC de madera sostenible para el papel de las etiquetas."

En la misma línea trabajan en Aguas de Firgas, embotelladora de agua mineral que posee varias marcas comerciales como Aquavia, Vitalia y Firgas. Su director general, José Luis León, comenta que han reducido "un 26% el gramaje de sus envases, mejorado la capacidad del embalaje por palet en un 13%, lo que significa transportar mejor y con menos impacto ambiental, además de haber realizado inversiones en tecnología en los últimos cuatro años para mejorar en un 20% el ahorro energético en los sistemas de producción y envasado".

Se da la circunstancia de que ambas empresas solo comercializan sus productos en las Islas Canarias, de manera que, además, reducen su huella de carbono. A esto se suman otras medidas ambientales adoptadas, como la producción de energía renovable con un parque propio de paneles fotovoltaicos que cubre en el 100% de su demanda eléctrica en la empresa Fonteide y la compra de electricidad verde de origen renovable para la cobertura de la demanda en la empresa Aguas de Firgas. Porque, como bien indica José Luis León "este compromiso que adquirimos está inducido tanto por la propia responsabilidad de las empresas hacia sus entornos naturales como por el hecho de cada vez son más los ciudadanos que tienen en cuenta el factor de sostenibilidad como un elemento decisión de compra".

El reciclaje de envases, reflejo del compromiso ambiental de los canarios

La preocupación de la sociedad canaria por conservar esa diversidad ambiental tan característica de las Islas es, sin duda, cada vez mayor. Así, cada vez son más los canarios que, entre otras acciones, confían en el reciclaje como una de las herramientas con las que contribuir al cuidado del medioambiente, consolidándose como la práctica ambiental más extendida entre los hogares españoles, por encima de otras como la reducción de las bolsas de plástico y el ahorro energético.

Tanto es así que, según los datos presentados por Ecoembes, junto con el Gobierno de Canarias, solo en 2019, los canarios depositaron en los contenedores amarillos un 14,5% más de envases de plástico, latas y briks con respecto al año anterior. El crecimiento en el reciclaje también se vio reflejado en el caso del contenedor azul (papel y cartón), que en las Islas fue del 10% más.

Jesús Núñez coincide con estos datos, y asegura que "los ciudadanos están cada día más concienciados con el reciclaje, porque ven que es una manera de proteger el medioambiente, y la muestra de ello es que en Canarias cada año se recicla más".

A la de los ciudadanos, se suma la labor imprescindible ejercida por las administraciones canarias, que, trabajando con Ecoembes, aseguran el correcto tratamiento de los residuos y realizan distintas campañas de concienciación entre la ciudadanía (un total de 18 el año pasado); y de las propias empresas (312 de ellas se encuentran en Canarias) que, como Fonteide y Aguas de Firgas, forman parte de Ecoembes y que financian el ciclo del reciclaje, tal y como establece la ley, a través del Punto Verde.