Siete médicos del servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Canarias (HUC) están de baja, una situación que ha acentuado el malestar de unos trabajadores que llevan ya más de una semana soliviantados. Los facultativos de Urgencias ahora mismo están ejerciendo su labor con un médico menos por turno, según denunció ayer Comisiones Obreras (CCOO). Y es que la mayoría de estas incapacidades temporales se han dado en tan solo una semana, con lo que el centro hospitalario aún no ha podido cubrirlas. El sindicato se hizo eco de las reivindicaciones del colectivo de trabajadores, que, según aseguró, están "decepcionados, hartos y enfadados" ante el clima que se ha generado en el centro hospitalario tras el cese fulminante de Guillermo Burillo como coordinador del servicio. El hospital, por su parte, informó de que está trabajando para contratar a médicos de familia y especialistas que quieran hacer las guardias en las Urgencias.

Actualmente el servicio cuenta con siete médicos de baja, dos que la habían cogido previamente y otros cuatro que la han pedido tras los sucesos acaecidos el pasado lunes y martes, 8 y 9 de junio. De hecho, según explica el secretario general del sindicato en un comunicado, "más de un compañero nos ha pedido información sobre cómo tramitar una excedencia o un cambio a otro hospital". Esto significa que aproximadamente el 17% de la plantilla en activo -40 médicos- están de baja y no se les ha encontrado sustituto. Esto provoca que cada turno que se realiza en el servicio, tenga que atender a los pacientes contando con un médico menos de lo que debería.

Según manifiesta Loño, y es ratificado por algunos de los médicos de las Urgencias del HUC, el ambiente está embravecido en el servicio desde la marcha de Guillermo Burillo de la coordinación del equipo. Esta crispación no está siendo baladí pues como remarca el propio secretario general de CCOO, Guillermo de Loño, "puede desembocar en la fuga de profesionales altamente cualificados, y el empeoramiento grave de las condiciones de trabajo en las Urgencias del HUC".

Como señala Loño justamente en esta situación, "se debería extremar el cuidado al personal que nos cuida". "No se puede seguir sobrecargando a un colectivo ya de por sí sobrecargado", afirmó Loño que exigió al HUC hacer todo "lo imposible para cubrir todas y cada una de las ausencias ocasionadas por enfermedad". El centro hospitalario, no obstante, se defendió asegurando que el servicio está "trabajando con normalidad" garantizando una "asistencia de calidad". De hecho, insistió que en estos días la actividad es menor que de costumbre, habiendo atendido 165 urgencias el pasado miércoles.

La plantilla de médicos del Servicio de Urgencias del HUC sufrió la semana pasada un cambio en la gestión y coordinación del servicio que desembocó en la renuncia de los seis subordinados directos de Burillo, cinco jefes de turno y uno de sección. Estos responsables continuarán ejerciendo sus responsabilidades en este puesto hasta el próximo 24 de junio, pues deben pasar 15 días para que su cese se haga efectivo.

La indignación entre el colectivo médico ha sido tal que la reyerta ha rebasado las fronteras canarias. Poco después de la noticia del cese de Burillo, la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (Semes) exigió el cese inmediato de la gerente del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Mercedes Cueto. Según el presidente de la Semes, Juan Jorge González Armengol, la gerente habría tomado la decisión por "desavenencias personales y no por la gestión". Unas rencillas que comenzaron, según varias fuentes, durante el desarrollo del Plan de Urgencias Canario (Pluscan) donde ambos coincidieron.

Mientras, el nuevo profesional a cargo del servicio, Juan Luis Alonso Jerez, no ha tenido un buen recibimiento por parte de sus compañeros. Algunos profesionales del servicio han llegado a criticar "que hace más de una década que no trabaja en Urgencias" y que "no ha presentado un plan". El nuevo responsable tampoco ha designado su propio equipo, aunque aún tiene unos días por delante para llevarlo a cabo. Según los subordinados de Burillo, su antiguo jefe tenía una "hoja de ruta" que implementar en el servicio y con el que todo el mundo parecía estar de acuerdo. "Era el mejor plan", llegaron a destacar algunos de los, hasta hace unos días, jefes de servicio.