El Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid investiga, por orden de la Fiscalía, a dos tenientes de la Guardia Civil por la presunta agresión sexual a una mujer a la que habrían drogrado en Madrid.

Según la información que avanzó eldiario.es, la chica pasó un fin de semana en Madrid y cuando llegó a casa de madrugada no recordaba cómo había ido la noche y tenía las bragas rotas. Más tarde, y cuando ya había vuelto a Mallorca, fue recordando cosas, hasta que pudo atar cabos y presentó la denuncia por abusos sexuales.

El sumario apunta que los cuatro se desplazaron a otro bar donde ella de pidió una cerveza. Allí perdió de vista unos momentos a los tres jóvenes y a su cerveza y entabló conversación con otro chico: a partir de ese momento recuerda imágenes difusas de una discoteca vacía, un taxi, y una cama en la que estaba rodeada de hombres semidesnudos arrancándole las medias.

Ella llegó a la casa del amigo de madrugada, desorientada, aturdida y con las medias rotas. Recuerda también con dificultad algunos momentos y sentía fuertes dolores vaginales. Todo ello hizo que le saltaran las alertas y decidió denunciar que la habían drogado para después abusar sexualmente de ella.

La joven declaró ante la Policía y posteriormente ante el juez que está convencida de que le introdujeron algún tipo de droga en la bebida -cree que burundanga- para abusar sexualmente de ella. Horas después de levantarse, se dirigió a la farmacia para adquirir la píldora del día después y cogió su avión para regresar a Mallorca, lugar donde denunció los hechos.

El amigo, que se marchó a casa antes que ella, declaró que aquella noche la llamó en varias ocasiones y ésta respondía con mensajes de texto apenas legibles.

La denunciante consiguió identificar a los agresores semanas después de los hechos porque estos le habían entregado una pegatina que ella guardaba en la cartera. En ella aparecía el rótulo 'Ultrataque', el nombre de un grupo de WhatsApp que utilizaban. La joven buscó en redes sociales y consiguió encontrarles.

Pasado más de un mes después de la agresión, la casualidad hizo que se volvieran a encontrar. Esta vez en una discoteca de Palma a la que acudieron dos de los presuntos agresores y la chica. Uno de los guardias civiles está destinado en Inca y el otro había viajado hasta allí para pasar unos días. Allí mismo ella llamó a la Policía, que los identificó y acabaron imputados por un delito de abusos sexuales.

En total hay tres investigados, un joven y dos amigos guardias civiles (uno destinado en Inca y otro en Ferrol) y, según ha podido saber laSexta, a ambos se les abrieron expedientes disciplinarios por estos hechos.

Los tres niegan haber drogado a la denunciante y aseguran que las relaciones sexuales que mantuvieron eran consentidas. Apuntan que tuvieron sexo oral con la chica y que sólo el acusado que no es guardia civil mantuvo relaciones con penetración con la denunciante.