El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) divulgó ayer el informe sobre los mil primeros casos contabilizados de mujeres muertas a manos de su pareja o expareja. Un año y dos meses después del periodo estudiado, esa cifra ya asciende a 1.055. Desde el 1 de enero del 2003 al 20 de abril del 2019, en Canarias hubo 67 asesinadas, con una mayor incidencia del fenómeno en Santa Cruz de Tenerife. Del millar de homicidios y asesinatos, 38 ocurrieron en la provincia occidental y 29, en la de Las Palmas. En base a esas cifras, Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro ocupan el sexto lugar entre las provincias con mayor número de episodios mortales, solo superadas por Madrid (106), Barcelona (94), Alicante (56), Valencia (55) y Málaga (41). Y las islas orientales se sitúan en el puesto undécimo en la estadística provincial, también con menos casos que Almería (36), Baleares (35), Granada (34) y Sevilla (34).

Entre los municipios con más de 50.000 habitantes con una ratio más alta por feminicidios por cada 100.000 ciudadanos, Arona se sitúa en tercer lugar de todo el país, con una tasa de 6,8, tan solo superada por Roquetas de Mar (Almería), con 8,7 y Collado Villalba (Madrid), con 7,0. Por el contrario, Arrecife es una de las 25 ciudades de España con más de 50.000 vecinos en las que no se ha registrado ningún caso, según dicha estadística del CGPJ.

En el periodo comprendido entre el inicio de las estadísticas y el 2019, el Archipiélago se sitúo como la segunda comunidad autónoma con una tasa de muertes más elevada por 100.000 habitantes, con 4,6, únicamente superada por Baleares, con 4,9. En el ámbito de la distribución provincial por población, Santa Cruz de Tenerife ocupa el tercer lugar con una tasa del 3,7 casos. En este apartado, está superada por Almería, con 5,4, y Granada, con 3,8. Las Palmas se sitúa en undécimo puesto.

Una mejor prevención

Con la elaboración de este documento, el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial quiere contribuir a conocer mejor el problema, mediante el análisis minucioso de todos los asesinatos y homicidios cometidos durante más de 16 años. Dicha institución estima que "poner bajo la lupa cada uno de esos mil casos proporciona información valiosa para corregir posibles errores o disfunciones en el sistema de protección de las víctimas y, a partir de ahí, dotar a las administraciones de nuevas y mejores herramientas en la prevención de los crímenes".

Un asesinato cada semana

Entre enero de 2003 y abril de 2019 hubo en España una media de un asesinato machista a la semana, lo que arroja una estadística de 61,3 episodios cada año.

La convivencia con el agresor es uno de los factores que incrementan el riesgo para la vida de las víctimas: 605 mujeres asesinadas seguían viviendo con el autor en el momento en que ocurrió el suceso. También fueron frecuentes los casos en los que víctima y agresor seguían compartiendo vivienda después de formalizar la separación o divorcio legal. La jurisprudencia del Tribunal Supremo así lo determina y advierte del aumento del riesgo, cuando el potencial agresor y la víctima siguen conviviendo una vez que esta ha tomado la decisión de romper la relación. La negativa a aceptar esa ruptura por parte del maltratador puede provocar la comisión de hechos de mayor gravedad e implicar un incremento serio del riesgo para la vida de la afectada.

La maternidad es otro de los factores a tener en cuenta, pues el miedo a que el agresor haga daño a los hijos como venganza o represalia contra la madre frena a estas a la hora de denunciar su situación. Un total de 765 menores quedaron huérfanos de madre. Solo en 261 casos de los mil analizados existe constancia de denuncia previa de la víctima. Es decir, que el casi el 74 por ciento de las asesinadas no había denunciado a su agresor.

La presidenta del Observatorio del CGPJ, María Ángeles Carmona Vergara, resalta la importancia de analizar los datos de la violencia machista "para que las instituciones, desde el conocimiento profundo de este fenómeno criminal, podamos mejorar nuestra respuesta".

La más joven, de 13 años

La media de edad del millar de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas ha sido de 42,2 años. La víctima más joven, que murió el 20 de octubre del 2012, tenía 13 años, y la mayor, 95 y fue atacada el 14 de enero del 2019. En el caso de las víctimas mortales extranjeras, el promedio de edad es diez años inferior al de las españolas y se sitúa en 35,9 años. La mitad de las asesinadas tenía entre 26 y 45 años. En un 42,9% de los episodios el autor fue el marido; en el 5,4%, el exmarido; el 29,3% mantenía una relación de pareja en el momento de la agresión mortal, mientras que en el 22,4% era una relación afectiva ya terminada. El 65,5 por ciento de las víctimas de feminicidio eran españolas y el 34,5, extranjeras. Entre las mujeres llegadas de otros países que fueron asesinadas, el 46,1% procedía de América Latina; el 35,7% de Europa; el 14,8% de África, así como el 3,5% de Asia. Un total de 369 mujeres extranjeras fueron asesinadas. De ellas, 38 eran marroquíes, 37 rumanas y 36 ecuatorianas.