La pandemia de la Covid-19 ha disparado la exclusión social en Canarias, que en 2018 afectaba al 29% de la población del Archipiélago, según el último informe Foessa, y en la que ahora se ha visto sumida por esta crisis sanitaria buena parte del 30,8% que entonces estaba integrada "en precario".

Así lo ha destacado este jueves en una rueda de prensa telemática la secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias, Caya Suárez, quien ha informado que esta entidad atendió el pasado año en Canarias a unas 40.000 personas en Canarias, 24.000 en la provincia de Las Palmas y 15.000 en Santa Cruz de Tenerife.

Las personas sin hogar, las mujeres prostituidas o víctimas de trata y los extranjeros son los colectivos que han sufrido con más fuerza el embate de esta nueva fractura social, ya que, tal y como ha descrito el obispo Francisco Cases, han quedado "fuera de la página", frente a los marginados, que son las personas que aún "están en el margen".

Caya Suárez ha alertado de que la situación de los nuevos excluidos se agrava aún más porque, al no tener una cuenta corriente, no ser demandantes de empleo, contar con una situación administrativa irregular o carecer de un empadronamiento con el que poder justificar los ingresos de la unidad de convivencia, no pueden acogerse a mecanismos de protección pública, como es el recién aprobado Ingreso Mínimo Vital.