¿Los farmacéuticos han sacado alguna lección de estos meses de pandemia?

Hemos aprendido que la colaboración y comunicación entre las farmacias y los centros sanitarios de Atención Primaria, en los dos sentidos, debe ser mantenida y potenciada. Recordamos que en toda Canarias hay 800 farmacias y más de 3.000 farmacéuticos en activo. Durante la alarma, los ciudadanos han ido en primer lugar a las farmacias, donde desde un primer momento se aplicaron medidas de protección, como mamparas, geles, mascarillas, guantes o señales en el suelo de distancia de seguridad. Los contagios en estos centros han sido mínimos gracias a nuestra previsión.

¿Qué papel han tenido estos establecimientos sanitarios?

En este periodo hemos contribuido a la ampliación de la capacidad asistencial de la Atención Primaria. Gracias a la receta electrónica, los pacientes de la sanidad pública no han tenido que pasar por sus respectivos centros de salud para obtener sus medicamentos. En el caso de los usuarios de centros privados, en las farmacias se ha utilizado un sistema de validación de recetas. Con esas prestaciones hemos evitado que los pacientes acudieran de forma obligatoria a los centros sanitarios y, así, se impidió que dichos recursos se masificaran y proliferaran los contagios. Además, se ha creado un proyecto de atención domiciliaria para aquellos ciudadanos que no podían desplazarse a las farmacias, por lo que los medicamentos se les llevaban a sus viviendas, bien con recursos propios, con voluntarios o trabajadores sociales de ayuntamientos.

¿Cómo ha sido la atención a personas de otros países?

Representantes del Consulado Británico se pusieron en contacto con el Colegio de Santa Cruz de Tenerife para ver si se podían atender los casos de los ciudadanos de su país que se quedaron en la Isla. Las autoridades consulares localizaron a 55 personas del Reino Unido y desde el citado órgano de los farmacéuticos se contactó con las farmacias que estaban más próximas a los apartamentos de dichos extranjeros, para hacerles entrega de sus medicamentos equivalentes en España. Esas situaciones se registraron, sobre todo, en el Sur de Tenerife.

¿Hubo riesgo de desabastecimiento para las personas que necesitaban mascarillas en las primeras semanas?

Ideamos un sistema equitativo, mediante el correo electrónico, para la distribución de mascarillas a personas vulnerables, enfermos crónicos y trabajadores de primera línea. Además, diez días antes de que el Gobierno estatal estableciera un precio máximo para la venta de estos productos, consideramos que no debían ser objeto de negocio y decidimos autorregularnos, estableciendo un precio de 95 céntimos por mascarilla.

Algunas administraciones públicas han usado las farmacias para la distribución gratuita de dichos artículos.

El Cabildo de La Gomera contactó con las farmacias para realizar la entrega gratuita a los residentes en dicha Isla. Nosotros agradecemos la confianza depositada por dicho organismo en nuestros establecimientos, donde, además de la dispensación, se informaba a los ciudadanos sobre cómo debían utilizar las mascarillas. El Ayuntamiento de Güímar también ha desarrollado una experiencia similar con sus vecinos.

¿Ha habido alguna otra medida para adaptarse a las necesidades de los pacientes?

El Jueves y el Viernes Santo abrieron un 500 por ciento más de farmacias que en los años anteriores. Entendíamos que nuestros establecimientos sanitarios debían estar abiertos, con el objetivo de que los ciudadanos permanecieran en sus zonas de residencia y no se desplazaran a otros municipios o localidades para comprar sus medicamentos.

Los farmacéuticos también han decidido prestar especial atención a las personas mayores, sobre todo a aquellas que viven solas.

Sí. Se hace un seguimiento a las personas mayores, por si no llegan a recoger sus medicamentos y, de esa manera, saber si han tenido algún tipo de problema. Esta experiencia tiene especial sentido en territorios con caseríos aislados y dispersos, como es el caso de la reserva natural de Anaga. La iniciativa se ha desarrollado junto al Cabildo de Tenerife desde septiembre del año pasado y ahora se ha demostrado su validez como propuesta de asistencia de carácter social.

¿Con el cierre de los complejos hoteleros y apartamentos turísticos ha habido farmacéuticos que lo han pasado realmente mal?

Existen casos muy complicados en las zonas turísticas , ya que, con el cierre de dicha actividad económica, algunos establecimientos se han quedado sin pacientes ni usuarios. Una de las áreas donde se ha producido esa situación es Costa Adeje, desde el barranco de Troya y Pueblo Canario hasta La Caleta. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife se ha buscado ayuda económica a través de entidades financieras para que algunos colegiados puedan pasar este periodo.

¿En algún momento ha habido problemas de suministro de algún fármaco?

No ha habido problemas de suministro. Lo que sí se hizo fue bloquear la venta incontrolada de hidroxicloroquina, después de que se realizaran pruebas para intentar demostrar su validez en la lucha contra el Covid-19. Dicho producto se utiliza por los enfermos de lupus y otras patologías, por lo que, antes de que se registrara el desabastecimiento para dichos pacientes, se aplicó un sistema de control y dicho medicamento no ha escaseado.

Algunas medidas de prevención y seguridad adoptadas en administraciones y establecimientos abiertos al público ya las aplicaron ustedes antes de que se decretara el estado de alarma.

El Gobierno del Estado decidió aprobar la medida el 14 de marzo. Cinco días antes, el 9 de marzo, creamos un protocolo para la protección de nuestro personal y de los pacientes, con la colocación de mamparas, así como la utilización de guantes, mascarillas o senalética en el suelo para garantizar la distancia de seguridad. Veíamos claro que se iba a decretar la alarma en breve y que no se podía cerrar al público en esas circunstancias.