La crisis originada por la incidencia del coronavirus en España ha traído aparejado un aluvión de decisiones políticas que afectan a sectores tan importantes como la educación. Después de decidir abordar el final de curso de manera telemática, la ministra de Educación, Isabel Celaá, anunció a comienzos del mes de mayo que, si no había vacuna para entonces, tan solo la mitad de los alumnos se reincorporaría a las aulas de manera presencial en septiembre. Ahora, un mes más tarde, la ministra recula y apuesta por una vuelta total del estudiantado a los colegios con el inicio del próximo curso escolar 2020/2021.

Para que todos los estudiantes puedan regresar a sus aulas, el Gobierno de España ha tenido que flexibilizar las medidas sanitarias y para lograr esa presencialidad que se ha antojado como el principal objetivo, el Gobierno aprobó el martes un decreto que fue publicado ayer por el Boletín Oficial del Estado (BOE) y que rebaja la distancia social en los centros educativos de dos metros a tan solo un metro y medio de separación. Estas medidas son aún más permisivas en el caso de etapas tempranas como Educación Infantil, donde el contacto entre los escolares es más frecuente.

En cualquiera caso, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas abordarán hoy, en el transcurso de una nueva Comisión Sectorial de Educación, todos los detalles para definir la vuelta a las aulas el próximo mes de septiembre. Celaá acudirá a esta reunión para presentar sus propuestas pero con el objetivo es que todos los estudiantes regresen a sus pupitres en septiembre. No obstante, serán las comunidades las que decidan las fechas de este regreso.

En este sentido, el consejero de Educación del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, especificó ayer algunos de sus objetivos relacionados con el próximo curso, entre los que destaca abrir las aulas en septiembre con clases presenciales y de forma segura. Para ello, la Consejería trabaja en tres escenarios sanitarios para el curso 2020/2021: dos poco probables que incluyen normalidad absoluta y confinamiento total, y un tercero de carácter intermedio y que es el más factible.

La ministra de Educación Isabel Celaá reconoció, en una entrevista a la Ser Catalunya recogida por Europa Press, que cuando se decidió que el presente curso escolar finalizara de manera telemática "no había información suficiente en relación al efecto que tienen los niños como transmisores del virus, y hemos concluido que no hay tal impacto o de tanta consideración". Por tanto, estos nuevos datos se tendrán ahora en cuenta para poder planificar el próximo curso "con más flexibilidades y de una forma más abierta".

Así, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas trabajarán para la "optimización" de los espacios de los centros educativos y que la docencia se pueda impartir en lugares como bibliotecas, comedores, salones de actos o gimnasios, y así garantizar la distancia de seguridad entre alumnos y profesores puesto que existen centros que no cuentan de la posibilidad física de hacer separaciones en aulas demasiado pequeñas.

Con todo, Celaá afirmó que volver a abrir los centros educativos "no es tan fácil" como la reapertura de comercios y otros establecimientos, porque implica "el desarrollo de actividades de gran responsabilidad" y conlleva "una gran dificultad". Y es que el regreso a las aulas responde a criterios que marca el Ministerio de Sanidad: "Abrir una escuela es una responsabilidad mucho más amplía, y además ha de atender a un entorno escolar seguro, a una transmisión de conocimiento que en este momento deben adaptarse porque nuestros alumnos no van al colegio desde el 11 de marzo".

La nueva normalidad

Los ministerios de Sanidad y Educación ya cuentan con un documento, que será presentado hoy en el transcurso de la Conferencia Sectorial de Educación a las comunidades autónomas, para plantear la estrategia de vuelta a las aulas en septiembre. El objetivo de este documento es ofrecer "un entorno seguro y saludable al alumnado y personal de los centros educativos con el fin de retomar la actividad presencial". Así, con este texto se pretende establecer la detección precoz de posibles casos de Covid-19 y la gestión adecuada de los mismos.

Entre los aspectos que recoge este documento se incluyen las medidas para la limitación de contactos, las medidas de prevención personal, la gestión de casos y la limpieza y ventilación de los espacios educativos. Asimismo, se establecen acciones transversales entre las que destacan la reorganización del centro, la coordinación y participación, la comunicación y educación para la salud y la equidad.

No obstante, cada centro deberá contar con un documento base de manera complementaria. Este Plan de Inicio de Curso y Planes de Contingencia tendrán que incluir las actuaciones a realizar y los mecanismos de coordinación necesarios para los posibles escenarios que puedan darse a partir del próximo mes de septiembre. De este modo, se propone que haya una persona responsable de referencia para los aspectos relacionados con el coronavirus Covid-19 en cada centro. Además, se recomienda la creación de un equipo, formado por distintos representantes de la comunidad educativa, que garantice que todo el mundo esté informado sobre los aspectos más relevantes relacionados con la pandemia, así como con el cumplimiento de los principios específicos para hacer frente al virus.

Diferentes criterios

El documento preparado por el Ministerio de Educación diferencia algunas de las medidas de prevención que se aplicarán en los centros dependiendo de la etapa educativa en la que se encuentra el alumno. De este modo, en Educación Infantil y hasta 4.º de Primaria, se podrán organizar grupos estables de entre 15 y 20 alumnos que podrán socializar sin mantener la distancia interpersonal de manera estricta. En estos niveles el uso de mascarilla no será obligatoria cuando se esté dentro de estos conjuntos estables de convivencia.

Los alumnos de los niveles de 5.º y 6.º de Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato se organizarán de forma que se cuente con una separación de al menos un metro y medio. En estos casos, el uso de mascarilla será obligatorio cuando no se pueda mantener una distancia interpersonal de un metro y medio pero no cuando se esté sentado en el pupitre. No obstante, en cualquier caso se priorizará la utilización de los espacios al aire libre para la realización de las actividades educativas y de ocio.

Limpieza y ventilación

En cuanto a las medidas de limpieza y ventilación, cada centro deberá disponer a partir del mes de septiembre de un protocolo de limpieza y desinfección que responda a sus características. A pesar de este documento particular, cada uno de estos espacios educativos deberá realizar su limpieza al menos una vez al día, reforzándose en aquellos espacios que lo precisen en función de la intensidad de uso. Se hace especial hincapié de este modo en los aseos, donde la limpieza deberá realizarse al menos tres veces al día.

En cuanto a la ventilación, se deben realizar tareas frecuentes en las instalaciones y durante al menos cinco minutos al inicio de cada jornada, al finalizar el día y entre clases, siempre que sea posible. Cuando las condiciones meteorológicas y el edifico lo permitan, también se aconseja mantener las ventanas abiertas el mayor tiempo posible.

Con todo ello, el documento de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud indica que ante una persona que comienza a desarrollar síntomas compatibles con el Covid-19 en el centro educativo se seguirá un protocolo de actuación previsto que incluye trasladar a un espacio separado de uso individual a la persona afectada, a la que se le colocará una mascarilla quirúrgica y se contactará con la familia.