Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto que las estrellas extremadamente calientes que se esconden en los cúmulos estelares están plagadas de manchas gigantes, un hallazgo que ha sido posible gracias a los telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO) y que ayudará a entender mejor estas desconcertantes estrellas.

La investigación, cuyos detalles publica la revista Nature Astronomy, ha sido liderada por Yazan Momany, del Observatorio Astronómico INAF de Padua (Italia), y cuenta con la participación de científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) junto a centros de investigación de Alemania, Chile y Canadá.

Los expertos, igualmente han estudiado el comportamiento de las superllamaradas, que son unas explosiones de energía varios millones de veces más energéticas que las erupciones que se dan en el Sol. Durante la investigación, los científicos estudiaron un tipo de astros conocidos como 'estrellas de rama horizontal extrema', que tienen aproximadamente la mitad de la masa del Sol, pero son de cuatro a cinco veces más calientes que nuestra estrella.

En nuestra galaxia, estos peculiares objetos calientes suelen ir acompañados de una estrella compañera cercana pero, el estudio demostró que, sorprendentemente, cuando estas estrellas se encuentran en grupos estelares muy compactos (cúmulos globulares), no parecen tener compañeras.

Además, el estudio revela que muchas de las estrellas de rama horizontal extrema que se encontraban en los cúmulos mostraban cambios regulares en su brillo que oscilaban entre unos pocos días o varias semanas.

"Sin embargo, el panorama más amplio es que los cambios en el brillo de todas las estrellas calientes (desde jóvenes estrellas similares al Sol hasta viejas estrellas de rama horizontal extrema y enanas blancas muertas hace mucho tiempo) podrían estar conectados. Por lo tanto, podemos entender que estos objetos sufren manchas magnéticas en sus superficies de forma colectiva", concluye David Jones, investigador del IAC.