¿Qué balance hace después de más de dos meses de crisis y tras la avalancha de peticiones de ayuda a Cruz Roja?

Desde el punto de vista de la respuesta de la sociedad canaria, es muy positivo, porque ha estado cohesionada y ha sido generosa, pero es muy negativo porque desgraciadamente muchas personas que no lo esperaban han caído en la vulnerabilidad. De esta crisis debemos extraer que la sociedad canaria es débil. A pesar de que tenemos 16 millones de turistas, y que el sector en teoría era un motor muy importante para la economía, tenemos un índice de paro del 18% y también tenemos unos índices de vulnerabilidad y de pobreza demasiado altos. Esto, sumado a contratos en precario y bajos salarios hace que aunque tengamos una sociedad que en algunos momentos camina a buen ritmo realmente tenga debilidades muy importantes. Empresas y sociedad se han movilizado contra la crisis y han aportado muchas cosas a Cruz Roja, lo que nos ha permitido ampliar nuestra capacidad de respuesta, pero también debemos dejar claro que tenemos una sociedad frágil.

¿Qué aprendizajes debemos sacar de esta etapa?

Debemos aprender que todos somos vulnerables y que, cuando las personas son vulnerables, hay que acompañarlas simplemente por el hecho de que son personas y están conviviendo en nuestra sociedad; solo por eso ya merecen que se les ayude y que hagamos un esfuerzo por ellos, porque al final somos animales gregarios y no podemos estar solos en el mundo. ¿De qué sirve tener mucho dinero si luego estamos solos? Es mejor redistribuir la riqueza y que todas las personas puedan vivir un poco mejor. Y sobre todo que nuestros niños y niñas tengan oportunidades. Hoy tenemos que hacer una reflexión profunda sobre temas tan básicos sobre que una sociedad que se dedica al turismo siga teniendo un nivel tan bajo de idiomas; tampoco podemos vivir de espaldas a África. Al final, creo que debemos tener una sociedad humana y que seamos capaces de que todos tengamos cabida y oportunidades. Eso es lo más importante.

Parece una utopía.

También fueron utopías humanizar la guerra. Ya no pasa que alguien que estaba herido en el campo de batalla el enemigo consideraba que te tenía que matar porque ayudabas al bando contrario. La evolución del mundo se consigue gracias a las utopías; hay alguien que ve algo que al principio es ilusorio pero que poco a poco se construye un fuerte de solidaridad para convertir las utopías en elementos reales. ¿Quién nos iba a decir a principios del siglo pasado que los trabajadores iban a tener derechos?

¿Cuál es la situación en Canarias, con qué datos cuenta?

Hemos dado casi 30.000 ayudas básicas de alimentos e higiene; hemos repartido cientos de tarjetas para comprar en el supermercado, también ayudas al alquiler y al pago de la luz o el agua. En total superamos las 97.000 personas. La avalancha ha sido muy grande y como consecuencia hemos tenido algunas dificultades estructurales, como no tener suficientes líneas de teléfono o tener que reinventarnos para no tener tantas colas porque se forman aglomeraciones. Al principio nos cogió por sorpresa porque no esperábamos una avalancha tan grande, pero ahora lo tenemos algo más organizado para evitar la situación de colas. Hemos mejorado.

¿Hay perfiles concretos en las personas que solicitan ayuda o la crisis ha sido tan brusca que esos perfiles se han difuminado?

Se han difuminado un poco, pero las familias monoparentales siguen siendo las principales afectadas. En Canarias siempre han existido trabajadores pobres, e indiscutiblemente ahora es peor. También es verdad que han caído en la vulnerabilidad personas que no están acostumbradas, que aunque vivían al día cubrían sus necesidades aunque sin capacidad de ahorro. Lo peor está en los autónomos y en los falsos autónomos.

¿Y ha aumentado mucho entre la población más joven?

Es la segunda vez que dejamos a los jóvenes en la estacada. La crisis de 2008 fue terrible y les retrasamos la capacidad de trabajo y de salir de casa, y con esta crisis hemos vuelto a dar un retroceso.

¿Se está quedando alguien atrás o la ayuda es equilibrada?

No puedo decir que siempre llegamos al 100%, algún sector se ha podido quedar fuera. Pero nosotros hemos trabajado al 100% para que nadie se quedase fuera y espero que lo hayamos conseguido. No lo puedo garantizar porque a veces son colectivos invisibles o que no se acercan porque no conocen los servicios sociales.

¿El ingreso mínimo vital aliviará la situación o es un parche?

El ingreso mínimo vital es un alivio, pero no es una solución. Un pago puntual de 500 euros te puede sacar de un apuro pero evidentemente no va a responder a las necesidades que se están dando en este momento.

Importante la labor de Cruz Roja en la detección de la Covid.

Tenemos una gran capacidad sanitaria. Hemos llamado a más de 40.000 personas mayores para preguntarles por su estado de salud y darles las indicaciones necesarias para protegerse, hemos puesto ambulancias a disposición de la gestión sanitaria, cuatro en Gran Canaria y cuatro en Tenerife; y también hecho los controles de temperatura en aeropuertos. ¿Quién iba a pensar que en Canarias se iba a habilitar un hospital de campaña con 50 camas? Pues Cruz Roja lo tenía para complementar el hospital que se ha habilitado en el recinto ferial de Tenerife y además hemos dado apoyo a la estructura de Urgencias del hospital de Lanzarote. La verdad es que Cruz Roja piensa y eso es importante porque a nadie se le ocurre disponer de recursos sanitarios para afrontar una catástrofe en Canarias, pero a nosotros sí. Todos esperamos que estas cosas no pasen, pero hay que tener visión de futuro. En ocasiones, después de 15 o 20 años hemos tirado material que afortunadamente no se tuvo que utilizar, pero es necesario tenerlo. La sociedad y las administraciones tienen que darse cuenta de que debemos disponer de acopio de estos recursos y Cruz Roja puede ser un compañero de viaje para garantizar todas esas estructuras y no tener que esperar a que lleguen de Península.

El papel de los voluntarios está siendo fundamental.

Importantísimo. Ya era fundamental antes y con esta crisis también ha sido importante la avalancha de personas que han querido poner su grano de arena. Sin ellos no podríamos haber ofrecido la respuesta que hemos dado, porque ellos son quienes han sido capaces de multiplicar la acción de la institución. Y hay que reconocerles y agradecer su esfuerzo y compromiso a voluntarios y socios que aportan donaciones. Hay que cuidarlos porque valen su peso en oro.

En los últimos días han llegado a las costas canarias más de 140 personas migrantes que Cruz Roja atiende en tierra. No hay protocolos de atención y la Delegación los trasladó a una nave en el Puerto. Entre ellos ha habido tres positivos. ¿Cómo está siendo la situación?

El jueves nos informaron de que podían cedernos el centro de formación profesional Felo Monzón para acoger a más personas. Pero empezamos a no tener capacidad para acoger a más gente. En Canarias tenemos ya 22 centros y nuestro personal realiza muchas otras actividades y si no cambian las estructuras no tenemos capacidad de atender a más personas, no es solo llevarlos a un lugar y darles de comer. Hay que atenderlos, enseñarles idiomas, hacer acción de intervención y asesoramiento sobre si tienen posibilidades de pedir asilo o no. No tenemos capacidad para multiplicarnos. Debemos tener centros más adecuados para la atención a los inmigrantes. Tendrán que abrirse todos los centros que se cerraron tras la crisis de 2008; habían muchas estructuras que se habían deteriorado. Deben ser estructuras no permanentes, que tengamos capacidad de montar y desmontar en un momento determinado cuando haya una afluencia importante de pateras.

Ponemos la vista en la entrada del turismo extranjero en julio. ¿Tendrá capacidad Cruz Roja para un aumento de la presión de pasajeros en el aeropuerto?

Está claro que cuanto más personas lleguen mayor será el nivel de complejidad. La tecnología nos ayuda bastante; ahora usábamos un termómetro digital porque los pasajeros eran muy pocos, y cuando en una línea de salida o entrada se acumulen más tendrán que instalarse cámaras térmicas u otros mecanismos. Si desde Salud Pública nos dan alguna otra indicación, la incorporaremos. De todas formas esto es un problema circunstancial y si se complicase en el tiempo ya valoraríamos cómo proceder.

Sebastián Quintana, presidente de la plataforma Canarias, 1.500 kilómetros de costa

Hasta ahora ningún ayuntamiento nos ha planteado esa tesitura. Nuestra actuación en las playas canarias es muy potente y muy valorada por administraciones y usuarios y debemos dar indicaciones, pero no ser los policías de la playa. Pero se valora mucho que un socorrista de Cruz Roja dé una indicación en seguridad.

¿Cómo ve los próximos meses y qué echa en falta en esta etapa?

La Cruz Roja necesita muchos espacios de diálogos con las administraciones públicas. Es importante aprovechar esta oportunidad para hacer una valoración de los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 y tenemos que hablar de salud, inclusión social, socorro, educación, empleo y medio ambiente. Cruz Roja es una activista muy importante en estos campos y creo que la Administración tiene que hablar con nosotros.