El superrobot que ha aterrizado en la Unidad de Investigación del Hospital de La Candelaria liberará a Canarias de su alta dependencia con el mercado exterior a la hora de diagnosticar la Covid-19. Con este aparato, no solo se simplifica y organiza el proceso diagnóstico de la enfermedad que está asolando al planeta, sino que, al permitir utilizar cualquier kit diagnóstico (cuenta con un sistema de fuentes abiertas), posibilita un descenso en la dependencia de las casas comerciales, una reducción del gasto y garantiza una continuidad del diagnóstico incluso si se diera un desabastecimiento.

El quinto superrobot diagnóstico repartido hasta ahora en España ya está instalado y esperando a ser calibrado correctamente para utilizarse en unas dos semanas. Fruto, como señalan los investigadores de la Unidad, del trabajo a destajo realizado en los últimos meses, la Consejería de Sanidad ha elegido a este hospital para que Canarias pueda beneficiarse de esta iniciativa privada que, en total, repartirá 13 estaciones en toda España.

Además de Canarias, podrán beneficiarse de estos robots Galicia, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Valencia, Baleares, Madrid, Extremadura y Andalucía. Antes de este reparto, en nuestro país solo habían cuatro superrobots de este tipo, dos habían llegado al Hospital Clínic de Barcelona y al Vall d'Hebron, en Cataluña; y otros dos a La Paz y al Instituto de Salud Carlos III, en Madrid. Con todos ellos funcionando al a vez, se calcula que la capacidad de análisis en el país aumentaría en un millón de test al mes.

Los trabajadores de este área han recibido el aparato como un regalo que les brinda la oportunidad de automatizar y facilitar la labor que llevan realizando sin descanso los últimos cuatro meses. Con su ayuda podrán "organizar" mejor el trabajo, como afirmó el jefe de Microbiología del Hospital de La Candelaria, Óscar Díez, que señaló que con este aparato se podrá solventar uno de los "cuellos de botella" que lleva meses arrastrando el diagnóstico: la extracción de ARN.

La escasez de kits comerciales se convirtió en un problema de tal calibre durante la pandemia que el equipo de investigación decidió buscar un arreglo casero que permitiera reducir su dependencia con el mercado. Lo lograron. A mediados de abril mostraron un método para extraer el genoma de virus sin tener que mezclarle ningún reactivo, simplemente calentando la muestra en uno de los termocicladores que ya se utilizaban para diagnosticar el virus.

Con la configuración adecuada, el superrobot permitirá duplicar los test de PCR que se realizan en este hospital, situándolas entre 4.000 o 5.000 diarias. "El tener una capacidad diagnóstica de estas dimensiones será fundamental para afrontar el periodo de desescalada", explica Díez, que insiste en la necesidad de disponer de un sistema de diagnóstico amplio para poder atajar un brote en las Islas, así como para cumplir con los requerimientos del Ministerio de Sanidad en cuando a la detección de casos sospechosos.

Varias funcionalidades

El aparato se está configurando para poder desempeñar funciones diferentes acordes a cada una de las actividades realizadas en el laboratorio. "Hay varios protocolos", señala Eduardo Renedo, informático del Hospital de La Candelaria, que explica que cada uno de ellos le muestra al brazo mecánico ataviado con una pipeta automática qué camino tomar para realizar correctamente su función. Los técnicos montaron los robots en apenas 24 horas y su trabajo ahora se centra en conseguir que funcione correctamente.

Los investigadores podrán modular su funcionalidad, de modo que pueda tanto dispensar las muestras como extraer el genoma del virus o realizar el proceso de la PCR en sí. Por ahora, con el afán de la unidad de "configurarlos para que optimicen el proceso de diagnóstico", como señala Renedo, los superrobots ayudarán a solventar los cuellos de botella, por lo que se configurarán para que aprendan a extraer la información genética del virus.

"Va a servir como apoyo al proceso", indica el informático del hospital, Eduardo Renedo que señala que, además, con su utilización "se eliminan riesgos" para los trabajadores, ya que la extracción del ARN es un trabajo con alta exposición al contagio. Asimismo, se evitará que los microbiólogos o técnicos de laboratorio se agoten hasta la extenuación y puedan o bien descansar, o bien dedicar sus esfuerzos a tareas menos mecanizadas.

Un impulso a la ciencia sanitaria

Sin embargo, y aunque la capacidad diagnóstica es uno de los principales atractivos de esta adquisición -más aún en plena pandemia-, los responsables de la Unidad de investigación de La Candelaria ya tienen los ojos puestos en las posibilidades que su llegada a un hospital de las Islas abre a la hora de impulsar la ciencia sanitaria en el Archipiélago.

"Ahorrará tiempo en muchos procesos", explica Díez que considera que la potencialidad del aparato en la automatización de los procesos más tediosos puede ser un aliciente para médicos e investigadores que hasta ahora han visto en la investigación una tarea que requiere tal dispendio de horas que acababa siendo descartada. Desde hacer PCR de diagnóstico para otros muchos virus y bacterias, hasta automatizar los procesos de investigación que hasta ahora se hacían a mano o programar ensayos de genética. Las posibilidades que abre este nuevo compañero de laboratorio son ya uno de los mayores valores a su llegada aún sin haberse puesto en funcionamiento.