La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha publicado una serie de recomendaciones para elevar la protección de los mayores en plena desescalada en la crisis sanitaria por el coronavirus. La aparición de algunos brotes en núcleos familiares que relajan las medidas de seguridad a la hora de reunirse, preocupa a los sanitarios y, en especial, a los geriatras, que recuerdan que no hay que bajar la guardia y extremar las medidas de seguridad para proteger a los mayores, la población más vulnerable al virus.

"La población tiene que tener en cuenta que, aunque en Canarias hemos tenido un maravilloso resultado si nos comparamos con otras zonas del territorio nacional, la pandemia no ha terminado y el virus se mantiene entre nosotros. La forma de proteger a nuestros mayores es cumplir con las medidas de protección, usar las mascarillas, mantener la higiene de manos, y mantener la distancia de seguridad", señala el geriatra René de Lamar del Risco. El especialista en Geriatría y Gerontología advierte, en la primera semana en la que el conjunto de la población canaria ha entrado en la fase 2 de la desescalada, que la única forma de evitar rebrotes en la pandemia y "vernos otra vez en una situación de restricción de movimiento" es la de ser rigurosos en el cumplimiento de las normas sanitarias.

"La relajación excesiva de la disciplina para el control de la pandemia es lo que nos puede dar nuevos brotes de la enfermedad. Me preocupa sobre todo ver por la calle a personas más jóvenes como si no pasara nada, sin ninguna medida de protección, en grupo, hablando. Hay que tener muchísimo cuidado para evitar un rebrote de la pandemia, y por supuesto, en la población mayor, que es el eslabón más débil de nuestra cadena. El mensaje es que, la forma de proteger a nuestros padres y a nuestros abuelos es cuidándonos nosotros y manteniendo las normas porque esto no ha terminado, esto sigue latente, los jóvenes pueden ser transmisores de la enfermedad, ser portadores del virus, no tener síntomas pero si transmitirlo a nuestros mayores".

El especialista aconseja llevar siempre mascarilla cuando se visite o se esté en compañía de los mayores en áreas cerradas, bien domicilios, locales o residencias, mantener las distancias de seguridad, así como no olvidar el lavado de manos. "Aunque nosotros tenemos bajo índice de contagios, nadie tiene un cartel en la frente de quien es portador del virus sin síntomas y quien no. Estar en desescalada no quiere decir que no pase nada, sino que tenemos más libertad de movimiento y podemos hacer más cosas, y por supuesto podemos apoyar y ayudar más a nuestros mayores, darles más soporte emocional y cognitivo, pero ojo, sin bajar la guardia, no quiere decir que no pase nada y que volvemos a la normalidad".

René de Lamar hizo hincapié en que el confinamiento y aislamiento social ha sido especialmente perjudicial para los abuelos, que se han visto privados en su mayoría del contacto familiar cercano, y que una vuelta atrás sería demoledor. "Los geriatras siempre incidimos en la importancia de que los mayores no pierdan el contacto social, y ahora por una cuestión de extrema necesidad, hemos tenido que hacerlo. Ahora toca estimularlos en la medida que sea posible, siempre respetando los horarios en que pueden salir, teniendo cuidado con mantener la distancia de seguridad, y evitar los grupos".

A este respecto el especialista, miembro de la SEGG, informó que desde que se inició la crisis sanitaria, se ha elevado el número de consultas entre los mayores por problemas derivados del confinamiento. "Hemos tenido muchísimos pacientes con ansiedad, depresión, con alteración de la conducta o con alucinaciones".

Cambio radical de vida

El doctor De Lamar indicó que el cambio radical de vida que ha supuesto la pandemia, ha generado una serie de situaciones nocivas que ahora hay que atender y solventar de la mejor forma posible. "En nuestra cultura el principal parámetro de atención a nuestros mayores es el cariño, el afecto, que se sientan rodeados de su familia, de sus amigos, de su entorno, de las cosas que le son familiares y agradables, y de pronto todo eso se ha cortado. Y ello ha generado una serie de problemas que tenemos que tratar de minimizar, y rescatar lo antes posible la posición anterior al estatus previo, para que vuelva todo a la normalidad a la mayor brevedad posible y evitar consecuencias que después no tengan marcha atrás", concluyó el geriatra. "Debemos seguir protegiéndonos para protegerlos. Esto no ha terminado".