Las entrañas de Canarias han vuelto a rugir con fuerza. Aunque en permanente actividad, ayer el Archipiélago notó la presencia de dos terremotos, uno de ellos el más fuerte del año. El primero se produjo en Tenerife y tan solo cuatro horas después, Gran Canaria constataba el que se ha convertido en el terremoto con mayor magnitud del año en Canarias. Los investigadores del Instituto Geográfico Nacional (IGN), que están analizando el evento, teorizan que el primer movimiento volcánico sentido en el interior de Tenerife, concretamente en Adeje y con magnitud 2,9, pudo haber dado el último empujón al movimiento tectónico que ya se venía fraguando "desde hace años" en el norte de Gran Canaria, y que se saldó finalmente con un terremoto de 3,6 mbLg.

El primero de los movimientos se sintió alrededor de las 3 de la madrugada del miércoles en Adeje y sus alrededores. El temblor vino acompañado de un enjambre de al menos 40 de microsismos en Tenerife, aunque los terremotos localizados en esta zona superaron el centenar, según el IGN. Este tipo de eventos se ha convertido en una situación común en la zona sur de Tenerife, ya que en los últimos años ha venido experimentando diferentes eventos sísmicos en forma de enjambres. Según el investigador del IGN, Itahiza Domínguez, "casi todos fueron de una magnitud menor a 2", excepto dos que sobrepasaron este nivel. El epicentro se localizó a unos 8 kilómetros al norte de Adeje y a seis kilómetros del sureste de Guía de Isora. La serie comenzó con un terremoto pequeño, de magnitud 0,6 alrededor de la 01:46 de la madrugada. Fue a las 03:51 horas cuando el enjambre produjo su mayor estallido, dando lugar a un terremoto de una magnitud 2,9 mbLg a 10 kilómetros de profundidad. Este terremoto fue sentido por la población de Adeje. La magnitud de los terremotos localizados estuvo entre -0,1 y 2,9 mbLg y la profundidad de los hipocentros entre 7 y 10 kilómetros.

Esta actividad está asociada al vulcanismo de la zona -muy cercana al Teide- y como remarcó el investigador, y no es la primera vez que ocurre en el sur de Tenerife. De hecho, desde que se mejoró y amplió la red de vigilancia sísmica del Instituto Geográfico Nacional, es común encontrar enjambres de cientos de microsismos en la zona sur de Tenerife. La estación sísmica de Adeje, con el sensor de banda ancha situado en un sondeo a 30 metros de profundidad y por lo tanto un muy bajo nivel de ruido, se encuentra a unos 2 kilómetros de la actividad actual, por lo que permite hacer un seguimiento de la misma con precisión.

Eso sí, hay que remontarse tres años atrás para encontrar un terremoto tan potente como el que se sintió ayer en Adeje. "Es el mayor que se ha sentido en el interior de la isla desde el día de reyes de 2017", recuerda Domínguez. El instituto hará seguimiento de esta actividad para comprobar si, en cualquier caso, tiende a aumentar. "Es lo que hacemos continuamente, el sistema salta con eventos de magnitudes muy bajas", constata Domínguez, que resalta que desde 2017, "ha habido una actividad más o menos constante en esa zona".

También en estos días los investigadores se afanarán en buscar otros marcadores geoquímicos o de deformación del terreno para comprobar si esta actividad sísmica de origen volcánico puede ser la antesala de una erupción en la isla. Una situación que, en principio, ven poco probable , aunque no descartan que la actividad "vaya a más".

Gran Canaria siente el temblor

Respecto a la actividad sísmica de Gran Canaria, de origen tectónico, este movimiento, sentido entre los ciudadanos de la isla, es el más fuerte que ha sacudido Canarias este año. Con una magnitud de 3,6 mbLg ha sucedido en una zona bastante común donde ocurren una media de una decena de terremotos al año. "Seguramente esa energía se ha ido acumulando durante años y a lo mejor le faltaba el empujoncito para saltar", indica Domínguez, que teoriza que aunque este evento no se ha producido directamente por el de Tenerife, sí que el ocurrido en Adeje pudo funcionar como gapillo para dar lugar finalmente al de Gran Canaria. "Quizás podría haber pasado dentro de un mes o en dos días, eso nunca lo sabremos", indica.

Este tipo de movimientos se encuentran dentro de lo que se denomina actividad interplaca, pues Canarias se sitúa dentro de la placa africana que sin embargo y como recuerda Domínguez, "no es una placa sólida". De ahí que ocurran estos terremotos, que en alguna ocasión han llegado a ocasionar daños. Por ejemplo, hace más de 100 años en Telde. A pesar de lo lejano de este evento, nada indica que no se pueda repetir, aunque el investigador considera que "con los datos que manejamos esa actividad se encuentra dentro de lo normal". El último terremoto localizado en esta misma zona ocurrió el 22 de diciembre de 2018, y tuvo una magnitud de 1,9 mbLg. El 7 de abril de 2015, se localizó un terremoto de magnitud 2,6 localizado en este mismo lugar, pero que se sintió mucho menos que el que ayer sacudió la Isla.