El Parlamento canario retomó ayer las comisiones presenciales con la intervención de un consejero que, cuando se celebró la sesión, llevaba menos de 48 horas en el cargo. José Antonio Valbuena, titular de Educación con carácter interino, protagonizó una comparecencia inicialmente pensada para su antecesora, María José Guerra, quien el pasado lunes presentó su dimisión ante el malestar de los sindicatos docentes y las asociaciones de familias con su gestión de la crisis generada por la epidemia de Covid-19 y pocas horas después de que su director general de Ordenación Educativa, José Gregorio Cabrera, anunciara su renuncia.

Pese a reconocer que solo había tenido quince minutos para preparar su intervención, Valbuena dejó claro su intención de variar el rumbo marcado por Guerra, quien había planteado dejar en manos de los equipos directivos de los centros la decisión de volver a las aulas. El nuevo consejero adelantó que esta semana pretende tener finalizada la orden que regulará la reapertura de los centros escolares "con todas las garantías sanitarias y académicas", que se producirá la próxima semana, y, además, aseguró que la voluntariedad en el retorno a la actividad lectiva presencial se limitará "exclusivamente" al alumnado y, en concreto, al de los niveles que finalizan etapas y conducen a titulaciones: sexto de Primaria y, sobre todo, cuarto de Secundaria y segundo de Bachillerato.

"No hace falta decir si los profesores están obligados. Si un chico o una chica van a tener requerimientos educativos yo, como docente, voy a atenderlos", apuntó Valbuena, que recordó que él también es profesional de la enseñanza, en su caso universitaria. A juicio del también titular de Transición Ecológica, "ese debate no existe", porque tiene "confianza plena" en el profesorado. "Siempre hay granos negros o pelos en el vaso de leche, como en cualquier colectivo, pero para eso está la Inspección", advirtió. A su juicio, lo que necesitan los docentes es "tranquilidad", algo que su departamento pretende transmitirles.

En aclaraciones posteriores a este periódico, Educación precisó que retornarán los docentes que sean necesarios, pero siempre con las condiciones de seguridad adecuadas y sin hacer explícita la obligatoriedad de reincorporarse, dado que confía en su "compromiso" con el servicio público y con el alumnado. La Consejería matizó aún más su postura en un comunicado emitido tras la comisión parlamentaria, en el que indicaba que "no es necesario obligar a ninguna persona con vocación de servicio público a que haga su trabajo, como ha venido sucediendo hasta ahora con otros sectores y funcionarios como los sanitarios o los cuerpos de seguridad".

La cautela del Ejecutivo no es extraña. El regreso a las aulas causa recelos entre el profesorado ante la falta de certezas sobre las condiciones en que se producirá, habida cuenta de que los problemas de infraestructuras y el déficit de plantilla pueden dificultar que las clases se desarrollen con la suficiente seguridad sanitaria. Los sindicatos educativos se han mostrado contrarios a que los docentes se reincorporen este curso y, en todo caso, han admitido la posibilidad de que solo lo hagan los que estén dispuestos a ello. Valbuena afirmó, pese a todo, que las organizaciones sindicales le han trasladado su afán de "colaboración" y "participación".

"Puliendo" la orden

Educación se encuentra "puliendo" la orden que regulará la reapertura de los centros escolares la próxima semana. "Nos estamos poniendo en la óptica del personal docente y no docente, las familias y los estudiantes", explicó el consejero, "Lo más urgente" es garantizar que la vuelta a la actividad lectiva presencial tenga lugar en esos días y "cumpliendo los requisitos sanitarios y académicos". Las condiciones en que se producirá la reapertura de los centros educativos aún están por concretarse y dependerán de la revisión que está haciendo la Consejería del borrador de plan diseñado por María José Guerra.

La "principal prioridad" en la desescalada educativa serán los estudiantes que titulan este curso y pasarán de nivel educativo. En el caso de segundo de Bachillerato, se refirió a las pruebas de acceso a la Universidad, que tendrán lugar la primera semana de julio y para las que "ya está perfectamente diseñada la parte académica" y se está trabajando en la "logística".

No obstante, Valbuena reconoció que será inevitable que queden "algunas lagunas sin cubrir" en la formación de los alumnos este curso, pero se mostró convencido de que en el próximo "se va a conseguir que eso no suponga un problema".

La preparación del curso 2020-2021 será la tarea que "inmediatamente" aborde la Consejería desde que se defina la finalización del curso actual. "Va a ser complicado", avisó Valbuena. Esta complejidad responde a la dificultad de establecer los criterios académicos que permitan resolver los déficits formativos que se hayan producido en estas últimas semanas y también a la necesidad de adaptar las infraestructuras -que no tienen todas "la misma capacidad"- y de contar con el personal preciso para que la enseñanza se realice, tal y como se prevé, en grupos pequeños y con un cierto peso de la semipresencialidad.

Respecto a la situación social de los alumnos durante el confinamiento, el consejero manifestó el "deseo" del Ejecutivo de que las tarjetas monedero para los que tienen acceso al comedor con "cuota cero" se mantengan hasta finalizar el año, al tiempo que reveló que su departamento está estudiando si "se ha cumplido con todas y cada una de las demandas". En los meses en que el único vínculo entre el sistema educativo y los estudiantes ha sido internet y la telefonía móvil, Educación ha repartido más de 4.000 tabletas. En respuesta a la pregunta formulada por la diputada del PP Lorena Hernández, José Antonio Valbuena advirtió de que el trabajo de dotar de medios digitales al alumnado no es ocasional, sino "firme en el tiempo". Esa labor ha de acometerse, añadió, "de la mano de los ayuntamientos y de los proveedores", con el objetivo de cubrir las "zonas ciegas" del Archipiélago que no cuentan con cobertura digital y a las que, por tanto, no llega la enseñanza online. "Ese problema terminará desapareciendo", dijo el consejero, que cree que para ello es necesaria la "complicidad" de los operadores.