La entrada de toda Canarias en la fase 2 levanta buena parte de los impedimentos legales que han hecho inviable casarse durante el estado de alarma, pero la mayoría de las parejas optará por esperar unos meses... y las empresas del sector comprenden que lo hagan.

"¿Sin abrazos, besos ni cercanía? Eso no es una boda", sentencia Bernadette Garside, responsable de The Perfect Wedding Company, empresa radicada en Gran Canaria. Desde Tenerife, Miryam Batista, de la firma D-Bodas, le da la razón: "Nadie va a querer casarse así, nadie quiere una boda con una mascarilla". Y el cámara Antonio Domingo, de Reflejos Digitales, remata el asunto: "Ninguna pareja merece casarse a dos metros de distancia de sus seres queridos".

De acuerdo con las cifras divulgadas en la última edición de la feria FeBoda en Santa Cruz de Tenerife, en octubre del año pasado, el sector nupcial mueve cada año unos 40 millones de euros solo en esa provincia, por lo que no es descabellado estimar una facturación en toda la comunidad autónoma de unos 80 millones de euros, sumándole a las tres islas de la provincia de Las Palmas.

Cuatro profesionales de los servicios nupciales explican en qué medida les afecta el confinamiento y, sobre todo, cómo ven el futuro de las bodas, ahora que de nuevo se autorizan las celebraciones.

En The Perfect Wedding Company, empresa de Maspalomas especializada en organizar enlaces a parejas extranjeras en Canarias, han visto cómo el 90% de las bodas que tenían programadas fueron pospuestas a 2021.

Condiciones inasumibles

Bernadette Garside resalta que aunque ya es posible celebrar un enlace, las condiciones hacen que seguir adelante así con una boda resulte "inconcebible". Esta organizadora subraya que no se trata de su opinión, sino de la de todos los clientes de su firma, parejas que han preferido esperar a casarse más adelante. Además, en el caso de las bodas de destino se suma la complicación de los vuelos, lo que "es un problema" porque los seres queridos no podrían llegar desde sus lugares de origen. "Hay inquietud, personas que posiblemente no se sientan cómodas con aglomeraciones", relata Garside, y esta situación de "incertidumbre y miedo" ha provocado que muchos enlaces se desplacen al año próximo. Así que en 2021 el problema será coordinar fechas: "Puede que en semanas donde habitualmente teníamos una boda ahora vayan a coincidir dos o tres", añade.

De cara a las bodas que se celebrarán en la llamada "nueva normalidad", Bernadette Garside está segura de que todo el sector hará "lo posible para que todo salga bien y los novios e invitados estén cómodos", adaptándose a una situación que "cambia cada día y que es mejor afrontar cuando llegue el momento".

Las medidas, las leyes, las condiciones y la confianza de las personas serán aspectos clave en estos enlaces de la era postcoronavirus, pero desde su empresas mirarán para que sea una celebración "llena de felicidad y amor"

Parejas en ERTE

Casi de la misma opinión es Antonio Domingo, uno de los camarógrafos especializados en bodas más reputados de Europa, director de la segunda edición de Festival de Cine de Bodas y responsable de la empresa Reflejos Digitales: "El amor sigue, solo se ha aplazado la celebración", defiende. Reconoce que, en estos meses, le han cancelado o pospuesto una docena de encargos. En un buen año, Reflejos Digitales llega a grabar hasta 30 bodas; en lo que va de 2020, solo ha realizado una.

Las bodas aplazadas complica la agenda de 2021, porque ya había fechas reservadas. Aunque "no habrá fines de semana para celebrar todos los enlaces pospuestos", Domingo se muestra positivo: "Nos coordinaremos entre los compañeros del sector para que nadie se quede sin su recuerdo del gran día". Las pérdidas este año van más allá del pago del trabajo en sí, "han sido vuelos que cancelar y fianzas que devolver", ya que algunos de sus clientes son ahora "parejas en ERTE o con una situación económica complicada". En casos así, en Reflejos Digitales han optado por reembolsar el dinero que les habían adelantado.

La incertidumbre va más allá del estado de alarma. Muchas parejas, relata Domingo, han tomado la decisión de aplazar su boda al no saber qué tipo de enlace podrán celebrar o si las restricciones en los vuelos, por ejemplo, van a impedir a sus parientes o amigos estar con ellos el día del "sí quiero". "Este año lo damos por perdido, aunque las fases vayan rápido", reconoce.

Solo resiste el último trimestre

En D-Bodas, empresa de La Victoria de Acentejo, han sufrido ya dos cancelaciones y la mitad de sus encargos para 2020 se han aplazado. Solo siguen adelante sin cambios las del último trimestre, explica su gerente, Miryam Batista. Pese a todo, esta empresaria se muestra "optimista" y confía en que la evolución del coronavirus permita celebrar estos enlaces, pero también precisa que, "vista la incertidumbre", todas sus celebraciones en agenda cuentan con un "plan B" en 2021.

"Este es otro problema, pues al pasar tantas bodas al próximo año, se limita la venta de nuevos eventos en 2021", asegura, lo que lleva a la conclusión de que "en dos años, y con suerte, viviremos de la producción estimada que teníamos para un año".

Batista critica que la normativa no está del todo clara y pide que se defina cuanto antes, pues solo así podrán transmitir certezas a sus clientes, que tendrán que decidir, entonces, "si quieren seguir adelante con las nuevas condiciones o no". Esta especialista en planificación de eventos ve aún más incierta la situación del "turismo de bodas". "Al final", argumenta, "independientemente de cómo esté España hay que contar con que las aerolíneas operen, con la situación particular de cada país y con las restricciones que pongan para viajar o desplazarse".

¿Bodas a la antigua usanza?

Por su parte, María José Gallego, organizadora de bodas de Bëevents Tenerife, en Las Chafiras, explica que ha tenido que cancelar cinco enlaces. "Y eso, para una empresa pequeña que vive de catorce o quince ceremonias al año, es un palo muy gordo", subraya.

El 80 % de los clientes de Bëevents han "frenado en seco" sus preparativos de boda, lo que les ha obligado a devolver las fianzas depositadas. "La pérdida es incalculable y no se va a recuperar hasta dentro de un par de años", remarca. En relación al futuro, Gallego sostiene que "tampoco se presenta bueno", sobre todo "porque con la crisis, el desempleo y los ERTE", casarse se convertirá casi en un "lujo". Y teme que muchas parejas, para abaratar costes, prescindirán del organizador de bodas. Las organizarán ellos, "como antiguamente".

Las normas de la fase 2 de desconfinamiento permiten las bodas con hasta cien asistentes, si se celebran al aire libre. Gallego espera que dentro de un par de semanas se amplíe el número, principalmente, aclara la empresaria, porque muchos gastos son los mismos "ya sea una boda para 50 personas que para 150".

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la representante de Bëevents prevé, además, que la crisis sanitaria del coronavirus provoque la desaparición de muchas empresas, que serán incapaces de afrontar las consecuencias económicas del virus.

"Las grandes empresas a lo mejor sobreviven, pero las pequeñas, que vivimos de entre 14 y 15 bodas al año? va a ser muy complicado. Pero bueno, habrá que buscar otras maneras, y tratar de ser creativos en este contexto", sentencia.