Obstaculizarle el camino al virus para que no consiga acoplarse a una célula humana. Esa es la obsesión de los científicos de medio planeta desde que la Covid-19 hizo acto de presencia en China. Ante lo lejana que se presenta la posibilidad de erradicar la enfermedad mediante una vacuna, el remedio más efectivo a corto plazo es el de crear un tratamiento que, al menos, evite sus peores consecuencias. En este sentido, una de las líneas en la que están trabajando los investigadores es en lograr inhibir que la espiga S del virus se adhiera a las proteínas ACE2 de nuestras células pulmonares. Para crear un fármaco antiviral que responda como necesitan, el primer paso es comprobar qué moléculas pueden funcionar para crear esta respuesta y Canarias puede tener un papel relevante en esta tarea.

De hecho, en eso se basa la colaboración que el Instituto de Productos Naturales y Agroalimentarios (IPNA) dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que está enviando al Centro Nacional de Biotecnología (CNB) muestras de moléculas con denominación de origen canario.

En Canarias hay aproximadamente 4.000 productos naturales endémicos que, tras descomponerlos, dan lugar a metabolitos únicos de las Islas, como explica el químico del IPNA Juan Ignacio Padrón, uno de los encargados de sintetizar estos compuestos en el laboratorio. Estos metabolitos se convertirán en el maniquí de una nueva molécula que los investigadores podrán modificar al gusto, cambiando la presión, la temperatura o añadiendo catalizadores, para hacerla más grande o más rica en compuestos.

Como explica Padrón, utilizando balones de destilación, los químicos realizan distintas modificaciones al compuesto inicial. "Es como ponerle adornos, ropa o cambiarle las piezas al maniquí", explica Padrón que señala que, de esa manera, son capaces de modificar las "características preestablecidas" del compuesto. Y es que las moléculas resultantes de una primera síntesis pueden tener un efecto positivo pero no muy efectivo para la tarea que se requiere, por lo tanto, con una modificación posterior, se podría potenciar para conseguir mejores resultados. Hasta el momento, de las 2.000 moléculas que han conseguido sintetizar a raíz de productos endémicos, han identificado 400 que podrían ser compatibles con la lucha contra el SARS-CoV-2 e irán en enviando progresivamente a Madrid. Aunque aún no ha habido suerte.

Problemas de envío

"Tuvimos problemas en el primer envío de prueba", asegura Padrón, que narra cómo la lentitud con la que se gestionó el transporte hasta Madrid hizo que las muestras perdieran la cadena de frío y, por tanto, su viabilidad. "No vamos a enviar más hasta que esto no se solucione", indica el químico, que explica que es el propio Instituto el que debe sufragar estos envíos.

Estos productos, una vez lleguen a Madrid, serán utilizadas in vitro en un laboratorio de bioseguridad 3 -el necesario para manejar patógenos tan contagiosos como el SARS-CoV-2-, donde los investigadores del CNB harán un cribado masivo de varios compuestos para así determinar su actividad contra la Covid-19. "Uno no sabe por dónde puede tener actividad un producto así que hay que probarlos todos", explica Padrón.

De Canarias al mundo

Y es que, aunque la iniciativa en España está liderada por el CSIC, esta una investigació forma parte de un proyecto más grande con cooperación internacional, pues la Covid-19 se ha convertido en un reto mundial. Concretamente surge a raíz de la acción Challenging organic syntheses inspired by nature - from natural products chemistry to drug Discovery (Cost), que se está llevando en varios países a cabo en colaboración con el Helmholtz Centre for Infection Research (Berlín, Alemania). Porque "cada país cuenta con productos diferentes" y endémicos, que al descomponerse, se transforman en metabolitos únicos. Cualquiera de ellos puede ser clave en la recuperación de los pacientes afectados por la Covid-19 y Canarias, con su gran variedad de especies, no quería quedarse fuera.

Una vez las moléculas puedan llegar a Madrid, se procederá a realizar un cribado por medio de una plataforma basada en sistemas de infección de cultivos celulares por coronavirus humanos. Estas células, a su vez, serán modificadas genéticamente para que, al infectarse, expresen proteínas fluorescentes. De esta forma, los investigadores podrán medir simultáneamente la toxicidad y la capacidad antiviral de distintos compuestos químicos.

Esta línea de trabajo se suma así a la participación del IPNA en la Plataforma Salud Global del CSIC. La plataforma ha sido creada recientemente para facilitar la colaboración entre más de 200 grupos de investigación de diferentes especialidades con el objeto de abordar los retos que plantea la epidemia de la Covid-19 desde el punto de vista de científico y tecnológico.

Investigación cooperativa

Ambas acciones de investigación colaborativa en la que está imbuido el IPNA persiguen la identificación de compuestos con potencial de interferir en las funciones relacionadas con el anclaje de la proteína S o su interacción los receptores proteicos ACE2 de nuestras células.