"Es el momento de cambiar la sanidad y de reforzar los cambios que ya se están produciendo", advirtió ayer el consejero regional del área, Julio Pérez, quien destacó la necesidad de reducir los índices de temporalidad del personal y de modernizar el sistema de salud mediante una apuesta más decidida por las tecnologías. A juicio de Pérez, la sanidad canaria está "preparada" para afrontar una segunda oleada de la epidemia y, además, podrá hacerlo "atendiendo también al resto de los pacientes", puesto que la capacidad asistencial no se ha visto tan afectada como en principio se temía. "Tenemos que imaginar la posibilidad de un repunte como una hipótesis a la que tal vez tengamos que hacer frente", dijo Pérez durante el foro virtual Diálogos para la reconstrucción, organizado por EL DÍA y que reunió al consejero y a los presidentes del Colegio de Médicos de Las Palmas, Pedro Cabrera, y del Colegio de Enfermería de Santa Cruz de Tenerife, José Ángel Rodríguez, en un diálogo moderado por la redactora de EL DÍA Verónica Pavés.

Según Pedro Cabrera, los profesionales sanitarios de todo el país se encontraban en un estado de "agotamiento moral" cuando llegó la pandemia, producto de los recortes que ha sufrido el sistema desde la crisis económica de 2008-2014, que se ha traducido en sueldos bajos, interinidad del personal y falta de procedimientos de estabilización de la plantilla. "Cuando empezamos a salir de esa crisis vimos que rescatar la sanidad pública no era una prioridad de la política", indicó el representante de los facultativos. Pese a ello, y también a pesar de las "protecciones inadecuadas" que han tenido los sanitarios, el sector "se adaptó", demostrando la "resiliencia" de los trabajadores.

Por su parte, el presidente del Colegio de Enfermería de la provincia occidental criticó el "déficit organizativo y de liderazgo central adecuado" que, a su juicio, ha caracterizado la gestión de la crisis sanitaria en el ámbito nacional. En cuanto a lo ocurrido en Canarias, José Ángel Rodríguez calificó de "muy negativa" la actuación de la administración regional en la primera fase de la epidemia, en especial por los índices de contagio entre los profesionales, un extremo que discutió con fuerza el consejero de Sanidad. "Ahora la cosa está yendo mejor, pero hay que mejorar más para la segunda o tercera entrada del virus" avisó.

La irrupción de la Covid-19 ha acelerado cambios en la política y la gestión sanitarias. "Es el momento de cambiar la sanidad y de consolidar algunos cambios que ya se están dando", señaló Julio Pérez, para quien "se han roto algunas inercias que había que romper, aunque sea un poco a la fuerza". El titular accidental de la Consejería de Sanidad se refirió, entre las novedades introducidas en estas últimas semanas, a la informatización de procesos, a las teleconsultas y a la posibilidad de renovar recetas sin necesidad de acudir al centro de salud, al tiempo que incidió en la necesidad de profundizar en los registros de actos clínicos y en la mejora de los servicios epidemiológicos y de salud pública, que hasta ahora han sido "la hermana pobre" del sistema. "Casi todo el mundo lo ha hecho mal al principio, empezando por la ciencia. Luego se ha girado y el resultado ha sido positivo, gracias al esfuerzo de los profesionales y también a que se ha construido un liderazgo, que antes estaba atomizado", agregó.

Falta política industrial

El presidente del Colegio de Médicos de Las Palmas definió la crisis desatada por el virus como "una catarsis que tiene que sacarnos de la siesta sanitaria que venimos arrastrando". Pedro Cabrera reclamó, por ejemplo, cambios en la logística que aseguren los stocks de suministros. "Si China no nos vende paracetamol, en Europa nos quedamos sin él", alertó. Para ello, aconsejó "hacer política industrial" en España que garantice la suficiente disponibilidad de "reservas estratégicas". "Hemos aprendido a adaptarnos a situaciones súbitas. Este es un fenómeno desconocido y variable de un día a otro, por lo que siempre se van a cometer falsas apreciaciones y habrá que aprender de los errores", sostuvo.

El consejero de Sanidad coincidió en la necesidad de potenciar la producción sanitaria. "Que Europa no produzca paracetamol o mascarillas es un error estratégico que hay que corregir" -reconoció Pérez- para evitar "estar en manos de algunos proveedores que se han revelado como verdaderos piratas". La crisis de la Covid-19 "nos ha desnudado a todos" y también ha puesto en evidencia, a juicio del titular del departamento, la importancia de "corregir la inestabilidad de las plantillas" de la sanidad pública. "Así no podemos seguir", advirtió Pérez, que puntualizó, sin embargo, que se trata de un problema que "no tiene respuesta fácil".

Los cambios que experimentará la sanidad deben estar presididos, según el consejero, por una primacía de lo público. "Hay que utilizar el sector privado, pero no permitir que sea el que oriente el sistema. La ordenación estratégica tiene que estar en manos de la Consejería", expuso. A partir de ese principio, habrá que revisar aspectos que no están solo relacionados con los recursos económicos -"yo no haría tanto hincapié en el dinero"- como en "el modelo organizativo" y en la digitalización y tecnologización del sistema. De hecho, en respuesta a un comentario del representante de los enfermeros, Pérez no descartó la creación, en un futuro, de una dirección general de enfermería, pero se mostró más partidario de una nueva área dedicada a la tecnología sanitaria.

"Hace falta un modelo menos medicalizado y más centrado en las necesidades del paciente", sostuvo José Ángel Rodríguez. Según el presidente del Colegio de Enfermería de Santa Cruz de Tenerife, "hay cosas que se pueden mejorar mucho", entre ellas la coordinación y la "dotación de material útil" a los enfermeros. "Los profesionales son un gran valor", defendió.

Sobre el papel de la sanidad privada durante la crisis del nuevo coronavirus, Pérez reconoció que los centros concertados "han estado prácticamente vacíos", aunque no por "la decisión de prescindir de sus servicios", sino por la necesidad de mantener sus camas desocupadas por si era preciso utilizarlas ante un eventual desbordamiento de los hospitales públicos, que finalmente no se produjo. "El uso de lo privado se restablecerá para avanzar en la desescalada", aseveró el consejero.

"Los médicos privados lo han pasado mal, con las consultas cerradas y con ingresos casi a cero", lamentó, en relación con este sector, Pedro Cabrera, quien al mismo tiempo afirmó que las aseguradoras han continuado cobrando sus primas pese a casi no incurrir en gastos durante este periodo. El representante de los facultativos de Las Palmas enfocó el debate hacia los retos que debe acometer la atención primaria. "Los centros de salud deben entrar en una tercera generación, tener máxima independencia organizativa y mucha más capacidad logística". También han de ser, prosiguió, "dinamizadores sociales y comunitarios". "El objetivo es que se sienta el centro de salud como se sienten los colores del equipo", dijo Cabrera. Es necesario para ello una plena inmersión en "un mundo digital, donde todo esté registrado" y crear "centros piloto" que desarrollen experiencias a las que luego otros quieran sumarse. "No podemos esperar de brazos cruzados", urgió.

Aunque compartió el concepto de los centros piloto planteado por el dirigente colegial, el consejero matizó que "hay cambios que solo se pueden hacer bruscamente", aunque sea por circunstancias no previstas ni mucho menos deseadas, como las que ha impuesto la pandemia. Ha sido en estos meses, recordó Julio Pérez, cuando se ha avanzado rápidamente en medidas como las teleconsultas o la obtención de recetas por teléfono. Pese a ello, el responsable de las políticas sanitarias de la Comunidad Autónoma expresó su convicción de que "la presencia física nunca desaparecerá, porque "el paciente necesita que su médico lo mire a los ojos". En los nuevos tiempos que afronta la sanidad, se necesitarán, añadió Pérez, "más retribuciones, más seguridad en el trabajo y más tecnología", así como una colaboración estrecha con los sindicatos que representan a los trabajadores sanitarios.

Los mimbres y el cesto

Los presidentes de los colegios de Médicos y Enfermeros expresaron su parecer sobre los cambios introducidos en la Consejería de Sanidad tras la destitución de su anterior titular, Teresa Cruz Oval. "Alguien se dio cuenta de que con aquellos mimbres no se hacía el cesto de la Covid-19", dijo Pedro Cabrera, quien censuró la práctica de asignar puestos directivos en función de criterios partidistas. En cuanto al doble papel de Julio Pérez -consejero de Administraciones Públicas y, temporalmente, de Sanidad-, aseguró que a veces cree que tiene "medio consejero", si bien admitió que Pérez conoce el área. Para José Ángel Rodríguez, "lo más importante son los directores generales y los directores de área, y ninguno de ellos es enfermero", apostilló.

Aunque la crisis sanitaria sea transitoria, las medidas de higiene y distanciamiento social se instalarán en la sociedad, que también tendrá que hacer énfasis en la educación para la salud, convinieron los tres. Entre tanto, como dijo Rodríguez, "lávense las manos y dense besos con la mirada", a lo que Pérez añadió: "y apunten los abrazos pendientes".

Si no tuvo ocasión de seguir el diálogo de Pérez, Cabrera y Rodríguez, puede verlo en diferido aquí.