La ciencia quiere que se le otorgue un papel relevante en la reconstrucción social y económica de Canarias, aunque de momento no haya sido incluida en esta urgente tarea. El borrador presentado por el gobierno insular del Pacto para la Reactivación Social y Económica de Canarias no menciona la palabra ciencia o investigación científica, y mucho menos contempla la posibilidad de que parte de los 14.249 millones que se van a invertir -tanto estatales como autonómicos- se dediquen a esta tarea que, por otra parte, es una pieza clave para entender la gravedad de la pandemia, su expansión y ayudar a tomar decisiones más adecuadas.

Así lo ha sido. La autoridad de los científicos se ha convertido en uno de los recursos cruciales para que los gobiernos pudieran tomar decisiones acordes a la gravedad de una pandemia tan incierta como peligrosa. En este contexto, y tras haber sobrepasado el momento más crítico de la crisis sanitaria, el 6 de mayo, el presidente del Gobierno estatal, Pedro Sánchez, en el Congreso de Diputados pedía tajantemente no volver a "olvidar" la ciencia e insistía en revertir "el tiempo de la irrelevancia española en investigación". "Es algo esencial para la seguridad y la libertad de nuestro país, así como para que pueda combatir esta pandemia", insistía el presidente del gobierno. Pero como señalan los investigadores de las Islas, después de esta crisis, se corrobora lo que todos se temían: "la ciencia no es una prioridad".

La ya de por sí paupérrima inversión histórica en I+D de las Islas, tanto pública como privada y de tan solo un 0,4% del PIB -la más baja de España-, ha propiciado que la red científica sea débil, basada en contratos precarios y construida a partir de ayudas exteriores tan competitivas que de un año a otro pueden dejar de existir. La crisis de la Covid-19 se ha desatado sin que los científicos en Canarias tengan los recursos ni la capacidad presupuestaria para tomar las riendas del reto mundial que ocupa, y mucho menos de poder convertirse, cuando más se necesita, en una alternativa económica al monocultivo turístico.

Los científicos canarios no critican el plan auspiciado por el gobierno autonómico en sí mismo, pues entienden la urgencia de reconstruir la situación socioeconómica de las Islas. Los investigadores canarios consideran que esta urgencia "no debería impedirnos aprender del pasado, y hacer frente, a medio plazo, a lo importante: apostar por un nuevo modelo económico con una mayor presencia de la I+D y el empleo de calidad que lleva consigo", como señala el vicerrector de investigación de la Universidad de la Laguna (ULL), Ernesto Pereda. Coincide con él su homólogo en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José Pablo Suárez, que indica que "la crisis ha evidenciado que las regiones ultraperiféricas como la nuestra deben consolidar una soberanía más amplia, para lo cual la I+D pero también la innovación es clave en Canarias".

Otros, como Manuel Nogales, dir, director del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Canarias, dejan entrever que Canarias no se puede permitir dicha inversión en estos momentos. "Hay que salvar la sanidad y a la sociedad", indica Nogales que insiste en que pedir un aumento en la inversión "ahora es tremendamente delicado". Ahora bien, el científico admite que esta financiación debería haber sido parte de Canarias desde hace tiempo.

Un bien social

"Hay mucho que la ciencia y la investigación pueden hacer por el bienestar social", señala por su parte, el director del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), Rafael Rebolo, que recuerda que "los grandes países motores del estado del bienestar apostaron por la ciencia en los momentos más difíciles de su historia y ahora están desarrollando el desarrollo y la innovación en el mundo". Lo demuestra la gestión de la pandemia en Corea del Sur, Japón, Singapur, Alemania y la propia China; países en los que la Covid-19 no ha tenido un impacto tan grande como en España.

"La herramienta principal que emplean los países que están preparados es la ciencia y la tecnología con mayúsculas", señala el director del grupo Inmunología Celular y Viral de la ULL, Agustín Valenzuela. En ellos las carreras científicas están bien establecidas, con financiaciones sólidas y duraderas y se promueve la cooperación industria-universidad, lo que, según Valenzuela, "conlleva a la formación especializada y creación de empleo con alto valor añadido". Y Canarias también puede seguir esta senda, teniendo en cuenta, como comenta el director del IAC que la ciencia "siempre retorna con creces lo que se invierte en ella".

No obstante, para llegar a ese nivel es necesario que Canarias cuente con una "línea de financiación de la ciencia sostenida en el tiempo". "Hay mucho margen de mejora", insiste Nogales que, a su vez, reclama que la ciencia "es importante siempre" por lo que de nada servirá "regarla un día, si luego nos olvidamos 30 años de ella". La clave, como todos los investigadores indican, es que Canarias no dependa únicamente de una industria, pues esto es lo que la hace tan vulnerable a fenómenos como la intrusión de enfermedades infecciosas o el propio cambio climático.

Hora de hacer un cambio

"El turismo nos sacó de la pobreza hace 70 años, pero en todo este tiempo no se han dado pasos para diversificar la economía", señala Alonso Hernández Guerra, director del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (Iocag). Precisamente, la única alusión que hace este documento a investigación es en su promoción en el ámbito de seguridad y gestión de crisis turística. "El turismo es un sector clave para Canarias, pero no podemos vivir exclusivamente de este sector", concluye el vicerrector de la ULPGC. Ninguno pretende, por tanto, que Canarias deba abandonar una industria tan desarrollada como el turismo. En todo caso, "hay que fomentarla y cuidarla", como insiste José Manuel Rodríguez, fundador de la primera empresa de base tecnológica de la ULL, Wooptix. Eso sí, si se apuesta por la ciencia, como indica José Manuel Rodríguez, la inversión tiene que ir de la mano de la transferencia del conocimiento porque "si la I+D solo sirve para hacerse un currículum o publicar investigaciones científicas, no va a reportar nada a la sociedad canaria".

La clave está en la diversificación y esta pandemia puede ser el punto de inflexión necesario para hacerlo. "Debemos estar preparados para cualquier contingencia", insiste Hernández Guerra que, como otros, ya tiene la vista puesta en la próxima gran batalla de Canarias: el cambio climático. En este sentido, el documento hace una breve mención a la problemática climática, instando a "analizar el potencial de la economía circular y azul", así como la transición energética o la protección de biodiversidad como fuentes de generación de empleo medioambientalmente sostenible.

Una apuesta "explícita"

A raíz de este pequeño párrafo, el director del Observatorio de Cambio Climático de Canarias, Aridane González, considera que esto podría ser un rayo de luz en el que el documento apostaría "de forma implícita" por la ciencia. Sin embargo, como argumenta, esta apuesta debe ser explícita. "La I+D+i, deben tener un sitio diferenciado, claro y explícito en cualquier planificación de la sociedad presente y futura", señala. Y además, como ratifica, por su parte José Pablo Suárez, la Economía Azul "ya no es suficiente como paraguas para la I+D en Canarias". Como indica el vicerrector de investigación de la ULPGC, "la crisis ha evidenciado que cualquier sector productivo es necesario para afrontar el futuro".

"Que la urgencia no se coma lo importante". Así lo manifiesta el jefe de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario de Canarias (HUC), Fernando Gutiérrez Nicolás, que considera, en situaciones como la actual, donde el Archipiélago se encuentra en una crisis no solo sanitaria sino humanitaria, es una "obligación" de los dirigentes gubernamentales no dejar de lado aquellas acciones que "tendrán un reporte en la sociedad a largo plazo, como la ciencia". "En estos momentos, que las instituciones den la espalda a la ciencia transmitiría a la sociedad científica una sensación de desamparo difícil de corregir", indica Gutiérrez Nicolás. De ahí que los investigadores consideren que la ciencia debe tener un "papel protagonista" en la reactivación económica y social de Canarias "si de verdad queremos cambiar las cosas", como afirma Ernesto Pereda. "Si nos limitamos a resolver lo urgente y posponemos, una vez más, lo importante, para intentar volver a lo de siempre, no podemos esperar nada diferente a lo que ya teníamos", constata el vicerrector de investigación de la ULL.

Si algo ha demostrado la pandemia de Covid-19 es que "no estamos preparados" y que, incluso en este contexto, todas las instituciones científicas se han volcado para apoyar a la gestión. Por eso, ahora más que nunca, como sentencia Rebolo, "el futuro de Canarias no puede dejar de lado a la ciencia".