La crisis del coronavirus también ha afectado con gran virulencia a los universitarios que cursaban el segundo cuatrimestre. Los profesores se han visto en la disyuntiva de cómo hacer los exámenes vía online y, a su vez, evitar la copia de sus educandos en las pruebas escritas. En muchos casos, el límite de tiempo no se adapta tan siquiera al número y al desarrollo de las preguntas que se plantean.

Borja Chávez, alumno del Grado de Turismo de la Universidad de La Laguna, es tan solo un ejemplo de las numerosas quejas que están recibiendo las universidades públicas de Canarias. En el vídeo, el universitario denuncia una situación vivida en la asignatura de Contabilidad financiera. En uno de los exámenes previos a la primera convocatoria de junio, y por vía telemática, se vio obligado a -intentar- hacer un examen de 50 preguntas en una hora.

El ítem evaluativo en cuestión constaba de dos partes: teórica y práctica. En la primera de ellas, debía responder 30 preguntas en 30 minutos; según reconoce, pudo superarla con un notable para enfrentarse a la práctica. En ella, 20 preguntas e idéntico límite de tiempo; Chávez califica de "imposible" el hacer las operaciones y enviarlas al profesor en tan corto margen.

El futuro graduado en turismo sufrió una de las consecuencias de la readaptación del curso universitario y sus criterios de evaluación. La fórmula de tiempo límite o contrarreloj parece que también estará presente en las convocatorias del segundo cuatrimestre, así como la 'repesca' de las asignaturas correspondientes a los primeros cuatro meses de este 2019/20.

El fijar un corto espacio de tiempo se ha convertido en un método para evitar que los alumnos copien en las pruebas telemáticas; lo que hace de los exámenes, de por sí una herramienta un tanto arcaica, un régimen evaluativo tendente a la injusticia académica.

Por otra parte, tampoco parece la solución dejar copiar libremente, algo a lo que alentó esta semana el ministro de Universidades, Manuel Castells: "La obsesión por evitar que los universitarios no copien durante estos exámenes online que deben hacer desde sus hogares es un reflejo de una vieja pedagogía autoritaria. Si los alumnos copian bien y lo interpretan inteligentemente es prueba de inteligencia. Hablo como profesor, no como ministro".

Otras reacciones

"No están velando por dar facilidades al alumnado, todo lo contrario. No tienen en cuenta el tiempo que se necesita para un examen porque, según ellos, en casa te puedes copiar. Me parece indignante, a la par que surrealista, esta situación en la que te sometes a 20 preguntas prácticas donde hay que hacer cálculos en 30 minutos; es imposible", apostilla otra de las afectadas en Turismo.

"Esto de la evaluación virtual no evalúa el saber, sino el no equivocarse. Como falles en un ejercicio y tengas que recalcular, ya no te da tiempo para hacerlo todo", expone un estudiante de Ingeniería Mecánica de la ULL.

"A estas alturas de mayo no tenemos ni calendario ni horario confirmado de los exámenes de esta convocatoria, y falta menos de un mes para que comiencen. Las pocas nociones de fechas las tenemos gracias a nuestros delegados, pero me consta que en otros grados están peor. La manera de plantear los exámenes, un asco. Me entristece que las universidades públicas de Canarias tengan este nivel", expone una cursante de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de la ULPGC.

"Muchos de los profesores están demostrando que les importa más el que no copiemos que el aprendizaje. Siento que nos están dando la espalda en un momento crucial", señala otro estudiante de la ULL.

"En mi caso, la limitación de tiempo va más allá de los exámenes, que también tenemos que hacer en tiempo récord. A dos semanas de que acabe el curso nos han mandado trabajos que tendrán un gran peso en la nota final. Para colmo, tenemos un profesor que exige que vayamos a la facultad citando fecha y hora para entregar tareas y trabajos en papel", indica una alumna.