Dos equipos de paleontólogos investigan los huevos fósiles de tortugas terrestres y moluscos marinos con el objetivo de arrojar más luz sobre las interpretaciones de la fauna terrestre y marina que habitó las islas Canarias durante los últimos 5 millones de años.

Ambas investigaciones son una forma de reconstruir los paleoecosistemas de Canarias, explican los científicos, que presentarán en el segundo Congreso Virtual de Paleontología, que se celebra hasta mañana, sus resultados sobre los últimos trabajos llevados a cabo en el archipiélago canario.

El primer estudio ha sido realizado por la bióloga y alumna de máster en la Universidad de La Laguna Sabina Rodríguez junto con los investigadores Miguel Moreno de la Universidad Nova de Lisboa, Carolina Castillo de la Universidad de la Laguna, Esther Martín del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife y Penélope Cruzado de la Universidad Río Negro de Argentina.

Sabina Rodríguez explica que el archipiélago canario presenta un interesante registro de fósiles de tortuga que incluyen restos osteológicos en Tenerife y Gran Canaria y de huevos en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. Añade que se han descrito dos especies extintas de tortugas, Geochelone burchardi del Pleistoceno en Tenerife y Geocheone vulcanica del Plioceno en Gran Canaria. Respecto a los huevos fósiles poco se sabía acerca de su diversidad en las islas, añade la investigadora.

El objetivo del estudio era verificar su asignación al grupo Testudines y determinar la diversidad de taxones dentro de las muestras, que además se compararon con huevos de una especie africana actual, Centrochelys sulcata.

El segundo estudio fue realizado por el doctorando de la Universidad de La Laguna Alberto González junto con las investigadoras María del Carmen Lozano de la Universidad de Málaga, Esther Martín y Carolina Castillo. Alberto González señala que Canarias, a pesar de su joven edad geológica, presenta un gran registro de fósiles marinos, especialmente de moluscos.

El estudio de esos grupos de organismos fósiles permite realizar interpretaciones ecológicas necesarias "para ayudarnos a comprender los cambios durante procesos que tienen repercusión a nivel global, como el cambio climático", afirma el investigador de la ULL.