"La enfermera es la profesional que está a pie de cama, las 24 horas del día, los 7 días de la semana". Esta reflexión que resume las características del papel de la enfermería, enfocado a los cuidados del paciente, y a la que hace referencia Loreto Barroso, directora de enfermeras del Hospital Universitario de Canarias (HUC), adquiere un significado especial en medio de una de las situaciones más críticas a la que se ha enfrentado la sanidad en Canarias: la pandemia de Covid-19.

Este hospital se sumó ayer a la celebración que cada 12 de mayo se realiza en todo el mundo: el Día Internacional de la Enfermería. Bajo el lema Una voz para liderar: llevando al mundo hacia la salud, con globos de colores, aplausos, mucha distancia social y sonrisas que solo se dejaban intuir tras la cubierta de una mascarilla, las enfermeras y enfermeros del centro hospitalario aprovecharon la ocasión para visibilizar la titánica labor de estos profesionales durante la pandemia y, en general, los 365 días del año.

En febrero, cuando aún la pandemia de Covid-19 se veía como una historia lejana de Oriente, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, defendía que el papel de la enfermería debía ser valorado y por ello elevó al Consejo Ejecutivo la petición de que todo el 2020 fuera considerado año de las enfermeras y matronas en todo el mundo. Su propuesta consiguió el consenso de todos los miembros del Consejo pero nunca esperó que tan solo un mes después el papel de las enfermeras no fuera solo importante, sino vital. Casi tan vital como un respirador estos días.

La emergencia sanitaria global sin precedentes ha obligado a la mayoría de estos profesionales a formarse a marchas forzadas y a tener que hacer malabares para humanizar la asistencia a través de la barrera de un equipo de protección individual (EPI). En toda Canarias, unos 8.000 enfermeros que integran la plantilla del Servicio Canario de la Salud (SCS) han conseguido en un tiempo récord integrar los protocolos de actuación en su servicio -incluso cuando han estado cambiando dos y tres veces al día-, y han tratado de paliar la soledad de pacientes muy enfermos y que se debatían entre la vida y la muerte. Ni las barreras físicas, ni el miedo o el estrés al que han estado sometidos han sido suficientes para olvidar, como señaló Barroso, "mantener el contacto" con los que más lo necesitaban: los pacientes.

Y todo esto lo han hecho lidiando con el miedo natural a "saber a lo que te enfrentas", como señaló Mayte Colmenar, responsable de enfermería en el Servicio de Urgencias. "Nos hicimos enfermeros por vocación y trabajamos para el paciente; por eso, cuando estás con él, los miedos se van y lo das todo", relata Colmenar, que insiste en que, a pesar de tender a reflexionar y analizar la situación después, "siempre volvemos al trabajo".

"Hoy es el momento de reivindicar el trabajo de las enfermeras como gestoras y planificadoras de la salud", insistió Barroso, que concluyó que "todo el personal ha respondido de manera magnífica al cambio en las estructuras físicas y organizativas". En los hospitales públicos de Canarias trabajan actualmente 6.450 enfermeras, a las que hay que sumar las más de 1.500 de las gerencias de Atención Primaria de Gran Canaria y Tenerife, y las 86 enfermeras residentes en formación actualmente, 20 en Salud Mental, 30 en Enfermería Familiar y Comunitaria y 36 en Enfermería Obstétrico-Ginecológico (matronas).

Los pasillos del hospital se han vaciado de pacientes para dar lugar a dos meses de saludos apresurados, lágrimas que luchan por no brotar y a carreras tensas para llegar a tiempo a una emergencia. En esos turnos endiablados, repletos de estrés por la llegada de uno, dos o 20 nuevos casos de Covid-19 al hospital, las donaciones y las muestras de apoyo de la sociedad han sido un aliciente para continuar cada día asumiendo el trabajo titánico. "El lado humano ha sido espectacular", resaltó la directora de enfermería.

El Hospital Universitario de Canarias (HUC), así como el resto de centros hospitalarios, de Atención Primaria y de especialidades, está sumergido en una etapa de cambios que puedan dar respuesta a la "nueva normalidad". Y mientras algunos tímidos pacientes vuelven a recorrer sus pasillos, en los que ahora pueden ver una exposición de fotografías que refleja el trabajo diario de las enfermeras, antes y después de la pandemia de la Covid-19, los profesionales se preparan. A pesar del agotamiento, el segundo brote de coronavirus se está convirtiendo en una situación cada vez más plausible. Pero consideran que no hay que bajar la guardia.

Las enfermeras aprovecharon la visibilidad que les confirió este día para pedir a la población volver a las calles con prudencia, siguiendo las normas de seguridad y teniendo en cuenta que el peligro no ha pasado. De esta manera, Araceli Luzardo, supervisora del servicio de Microbiología y Control de la Infección de HUC, culminó afirmando que "todavía estamos en tiempos complicados; que se complique más depende de nosotros".