La puesta en marcha de la docencia virtual, necesaria por el inicio del confinamiento devenido del estado de alarma sanitaria, ha obligado a realizar un cambio drástico en la forma de dar clase y de afrontar los estudios, no solo durante el tiempo en el que se prolongue la crisis del coronavirus sino también con vistas al futuro. El director general de Ordenación, Innovación y Calidad Educativa, Gregorio Cabrera, recuerda que la Consejería de Educación trabaja ya desde hace tiempo para implementar programas centrados en el uso de herramientas digitales.

Hasta el momento, buena parte de esos recursos se dirigen exclusivamente al profesorado, que después trasladan estos materiales al alumno. "Nos hemos centrado hasta ahora en los docentes pero a partir de ahora tendremos que realizar un reposicionamiento para que todos estos materiales estén diseñados también para el alumnado", relata Gregorio Cabrera, quien adelanta no obstante que este trabajo "es extraordinariamente complicado".

De este modo, la Consejería de Educación trabaja ya en "un gran proyecto" que no busca excluir por completo el uso de los libros de texto en papel, sino que plantea poder combinar ambas herramientas, al menos en una primera fase. No obstante, Gregorio Cabrera indica que, "en algunos casos, este proyecto puede incluso conllevar la desaparición de los libros de texto tal y como los conocemos en la actualidad, con el beneficio para el medioambiente que eso puede ocasionar".

En este sentido, el coordinador de Docentes de Canarias-Insaucan, José Ángel Amador, recuerda que ya la ley canaria de educación del año 2014 incluye la posibilidad de poner en marcha programas de este tipo para rebajar los gastos de adquisición de los libros de texto.