Los ciberdelincuentes nos tienen donde quieren, teletrabajando y pasando mucho tiempo ante las pantallas.

Los ciberdelincuentes siempre están ahí, aprovechándose de la vulnerabilidad de los usuarios, su buena fe y su desconocimiento de las tecnologías para poner en funcionamiento estafas y malwares.

¿Están aumentado mucho las estafas?

Hay muchos fraudes que están llegando a los usuarios a través de Whatsapp, el correo electrónico o los perfiles de redes sociales. Hemos detectado páginas web que están poniendo a la venta material sanitario, como mascarillas, un artículo demandado del que no hay stock. Algunos usuarios están comprando en esas páginas unas mascarillas que no van a llegar, o de inferior calidad que la descrita en la web.

Y se está poniendo mucho el acento en los bulos.

Es otro de los grandes problemas, los bulos y desinformaciones que están circulando por la web. Esos típicos correos o mensajes que te dicen que tienen una cura efectiva para el coronavirus. Siempre hay gente que termina creyéndoselo, y terminan siendo víctimas de un fraude. En estos casos se aconseja ir a las fuentes oficiales, para contrastar esta información en tiempo real. También es importante que descarguemos cualquier aplicación desde los servicios oficiales. Hay muchas aplicaciones maliciosas.

También repunta la llamada 'sextorsión'.

Se trata de una modalidad que en meses anteriores tuvo mucha repercusión. Los usuarios reciben un mensaje que amenaza con difundir entre sus contactos determinados contenidos si no hay un pago a través de bitcoins. Pero también hay una modalidad nueva que amenaza al usuario con infectarle con coronavirus a él o a sus familiares, una pequeña vuelta de tuerca en este tipo de fraudes. Ni tienen material comprometido ni pueden contagiar nada: simplemente, juegan con el miedo de la población.

Están aprovechando el asunto de los expedientes de regulación temporal de empleo.

Comenzaron a remitir correos o SMS el 27 de marzo. Supuestamente avisaban a los usuarios para recibir información sobre los ERTE, y se solicitaban los datos bancarios. Las personas que podían verse afectadas con esta situación terminaban entregando datos sensibles.

¿Dónde están radicados estos ciberdelincuentes?

Son mafias, bandas organizadas que se dedican a la ciberdelincuencia. No son personas individuales. Se aprovechan de países en los que la legislación puede ser menos dura. De todos modos, están cambiando constantemente de servidores y saltando entre países. Pueden ubicarse en Rusia, China, Ucrania? El proceso de detección siempre será más largo, lo que les da margen para moverse a otra ubicación.

Las empresas son también muy propensas a estos fraudes.

Ahora tienen muchísimo impacto. Hubo una campaña de correos maliciosos en la que suplantaban al Ministerio de Trabajo, concretamente a la Inspección de Trabajo, en la que se comunicaba a las empresas que se estaba realizando una investigación por la incapacidad de la misma para cumplir la legislación vigente y que inducía a descargar un malware que infectaba los ordenadores.

Y Correos es otro servicio utilizado para estafar.

Se comunica que no se ha podido entregar un paquete y se plantea el pago de una cantidad irrisoria, 2,99 euros, para que se vuelva a remitir el paquete. Cuanto más baja sea la cantidad, menos sospecha despierta en el receptor y mayor probabilidad de que este caiga en el fraude.

¿No nos podemos despistar?

Exacto, están utilizando el coronavirus, la crisis sanitaria, el estado de alarma, para captar nuestra atención. Siguen una estrategia de ingeniería social. Solo quiero aconsejar que se utilice el servicio telefónico 017 para resolver cualquier duda, tanto de las familias como de las empresas. Es gratuito y confidencial.