Inmaculada Hernández lleva toda la noche sin pegar ojo. Hace apenas unos días recibió una llamada inesperada del 112. "Buenos días, usted y su familia ha sido seleccionada para participar en el estudio de seroprevalencia del Ministerio de Sanidad, y nos gustaría saber si querrían participar". Dudó un segundo, a cualquier le hubiera pasado con una llamada tan sorpresiva, pero lo aceptó porque sabe la suerte que representa en estos momentos poderse hacer una prueba para saber si ha pasado o no la Covid-19. Ayer ella y su familia fueron de los primeros canarios en someterse a esta prueba serológica.

Al entrar al Centro de Salud de Casco Botánico, en el Puerto de la Cruz, junto a su marido y su hijo se encontraron a dos enfermeros ataviados con lo que ellos llaman "buzo", un atuendo compuesto por gafas de protección, mascarilla, guantes y bata. Los sentaron en tres mesas separadas. "¿Se ha hecho alguna vez un control de glucemia?", le preguntó amablemente el enfermero del centro de Atención Primaria, William Martín. No lo había hecho nunca, pero según este profesional, solo sería un pinchacito en el dedo. Diez eternos minutos después ya sabía su resultado. "Felicidades, es usted negativo", le aseguró el enfermero mientras le colocaba cerca el test, muy parecido en forma -aunque no en fondo- al de embarazo. Como ella también lo fueron su marido y su hijo. "Ayer estaba nerviosa por venir, pero ahora estoy mucho más tranquila", afirmó Hernández.

Entre risas y con la certeza de que ya podían respirar tranquilos, la familia volvía a su casa. "Vivimos en el mismo edificio que mi suegra", afirmó el marido de Hernández, Manuel Borges. La mujer ha tenido problemas pulmonares, con lo que la llegada de la pandemia provocó mucho miedo en la familia. "Recuerdo que tenía un viaje del Imserso a la Península el día 10 de marzo, le dijimos que no fuera y menos mal, porque hay mucha gente que llegó infectada", relata el portuense.

Como ellos, otras nueve personas fueron citadas ayer para realizarse estos test serológicos en el centro. Cuando culmine el estudio en Canarias se espera haber cribado a unas a 7.920 personas.

"Todos han venido muy tranquilos y deseosos de que les hicieran las pruebas en general", afirmó otra de las enfermeras a la que se le ha encargado realizar este trabajo en el centro, Estrella Pavés. Este centro de salud ha sido elegido por el Ministerio de Sanidad para realizar la tarea, son solo algunos los seleccionados en toda la comunidad autónoma para hacer dicho estudio.

Otro de los beneficiarios por esta prueba aleatoria fue ayer José Manuel Suárez. Trabajador de la hostelería, asegura estar preocupado por haberse podido contagiar porque "veía a muchos clientes de diferentes nacionalidades". Suárez no fuma ni bebe y no ha estado enfermo "en 20 años". Su prueba también dio negativo. "La gente parece poco responsable", afirmó Suárez y su sensación es extrapolable a la del resto de los pacientes que acudieron ayer al centro de salud. "La gente se lo toma a cachondeo", puntualizó Manuel Borges.

Ayer dio comienzo en este centro y otros de Canarias este estudio aleatorio que el Ministerio de Sanidad ha puesto en marcha para conocer el estado de la epidemia en toda España haciendo uso de test de detección de anticuerpos, los llamados test rápidos.

Estos test tienen una sensibilidad del 64% cuando se aplica en pacientes sin tener en cuenta el tiempo de evolución de la enfermedad, siendo de alrededor del 80% en pacientes con más de 7 días de evolución. Esta prueba, que es la que más expectación genera, se complementa con una extracción de sangre y una pequeña encuesta breve de 30 preguntas, donde se trata de conocer si la persona tiene o ha tenido síntomas, si cree que ha tenido contactos con personas positivas o si tiene algún factor riesgo que le predisponga a una Covid-19 más virulenta. La extracción de sangre, por su parte, permite analizar el estado del paciente mediante técnicas más precisas de medición de anticuerpos.

El comienzo del estudio de seroprevalencia, sin embargo, tuvo sus propios obstáculos. La gran cantidad de peticiones de los enfermeros de centros de salud de toda España tratando de actualizar los datos de sus pacientes en la aplicación del Ministerio a la vez, provocó que no funcionara toda la mañana. De ahí que, durante ese tiempo, el personal de enfermería de los centros de salud tuviera que incluir manualmente, en unos folios, la información que iba obteniendo.