Un planeta monstruoso con tres veces la masa de Júpiter ha sido descubierto destacando en un sistema planetario distante, a 1.242 años luz. Llamado Kepler-88 d, orbita su estrella cada cuatro años, y su órbita no es circular, sino elíptica. El hallazgo es resultado de seis años de datos tomados con el espectrómetro Echelle de alta resolución (HIRES) en el telescopio Keck I de 10 metros, en Hawai.

El sistema, Kepler-88, ya era famoso entre los astrónomos por dos planetas que orbitan mucho más cerca de la estrella, Kepler-88 b y c (los planetas generalmente se nombran alfabéticamente en el orden de su descubrimiento).

Esos dos planetas tienen una dinámica extraña y sorprendente llamada resonancia de movimiento medio. El planeta b del tamaño de Neptuno orbita la estrella en solo 11 días, que es casi exactamente la mitad del período orbital de 22 días del planeta c, un planeta de masa de Júpiter. La naturaleza mecánica de sus órbitas es energéticamente eficiente, como un padre empujando a un niño en un columpio. Cada dos vueltas que el planeta b da alrededor de la estrella, se bombea. El planeta exterior, Kepler-88 c, es veinte veces más masivo que el planeta b, y su fuerza produce cambios dramáticos en la sincronización orbital del planeta interior. Los astrónomos observaron los cambios, llamados variaciones de tiempo de tránsito, con el telescopio espacial Kepler de la NASA, que detectó los tiempos precisos cuando Kepler-88 b cruzó (o transitó) entre la estrella y el telescopio.