Primero fue un tsunami. Los móviles pitaban a cada instante, con chascarrillos clonados e imágenes plagadas de Photoshop. Con el paso de las semanas, la marea de memes ha ido bajando, acaso por el cansancio ante una hiperconexión que replica al encierro físico. Pero estas semanas han dejado un saldo de montajes que rayan el estatus de obra de arte, y en otras se ríen, directamente, de totémicos iconos culturales. Los memes del confinamiento casi se pueden distribuir en categorías. Los relativos a la escasez de papel higiénico proliferaron en los primeros días. Con el paso de las semanas, son cada vez más frecuentes los que comparan el antes y el después de la cuarentena, ya sea enfrentando al Ronaldo fibroso de sus mejores tiempos o a aquel divino "gordo" que perforaba porterías en el Madrid, o al entrañable McLovin de Supersalidos con el Joker de Joaquín Phoenix, unidos por un inexplicable gusto común por los chalecos. Los perros, coartada para arañar horas al confinamiento, son protagonistas preferentes, como también Will Smith, cuya película Soy leyenda alcanza niveles de filme de culto.