La sombra de Margarita Salas continúa alargándose después de su muerte. Un hallazgo de la bioquímica asturiana está en la base de un nuevo proyecto para lograr la detección del COVID-19 en menos de una hora mediante una técnica sencilla que podría aplicarse "a pie de calle". En este procedimiento se empleará uno de los "descubrimientos insignia" de la historia de la ciencia española: la enzima (proteína que realiza funciones biológicas) ADN polimerasa de phi29 (phi29pol), cuyas propiedades "la convierten en un potente aliado para hacer frente a esta pandemia", según los investigadores.

El Instituto de Salud Carlos III ha financiado este proyecto del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para la detección masiva y precoz del coronavirus. La investigación, ya en marcha, está coordinada por Felipe Cortés, del CNIO, y Luis Blanco, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), donde Margarita Salas trabajó hasta su muerte, acaecida el pasado 7 de noviembre.

El objetivo se centra en lograr una técnica sencilla para la detección a gran escala de contagiados por coronavirus , incluyendo a los asintomáticos. Los investigadores esperan tener la primera versión del sistema lista para el próximo otoño, "coincidiendo con un eventual rebrote de la enfermedad", agrega.

Margarita Salas y Luis Blanco descubrieron la phi29pol en 1984. Desde entonces, su uso se ha extendido por todo el mundo para la amplificación de ADN en laboratorios de genética, medicina forense o policía científica.