La pregunta permanece en el aire como el propio virus. ¿De dónde proviene el Covid-19? ¿Causas "naturales" o "artificiales"? La prensa recoge la intervención del jefe militar de Estados Unidos, Mark Milley, quien ha dicho que el peso de la evidencia refleja hasta ahora que el brote se produjo por circunstancias de insalubridad de un mercado y no en el Instituto de Virología de Wuhan, que estaba realizando estudios de coronavirus de murciélagos, según algunos cables del departamento de Estado que en su día publicó el Washington Post.

El mismo periódico informó en 2018 que, de acuerdo con un intercambio científico, quedó en evidencia que el laboratorio WIV de Wuhan tenía una grave escasez de técnicos e investigadores capacitados para operar de manera segura en prácticas de alta contención. La versión oficial de Pekín, en cambio, fue que el virus Covid-19 se transmitió a los humanos por medio de los animales exóticos en los mercados salvajes de la ciudad china, aunque otros funcionarios se han dedicado a divulgar la teoría de la conspiración de que había sido diseñado en un laboratorio de armas biológicas de Estados Unidos y llevado a China por el propio ejército americano. A su vez, el senador republicano Tom Cotton había planteado la posibilidad de que la pandemia fuese el fruto de un ataque deliberado con armas biológicas chinas, aunque también argumentó que la transmisión natural de animales a humanos o un accidente de laboratorio eran escenarios más probables. La teoría de la fuga siempre ha estado presente. Milley, aparentemente, quiso disipar los rumores y las especulaciones: "No hay nada concluyente, aunque la evidencia parece estar en las causas naturales. No lo sabemos con certeza". Quiso defender, sin embargo, que la inteligencia de su país agote todas las posibilidades de la investigación.

Los científicos coinciden en que el coronavirus se originó probablemente en un murciélago, pero llegó a los humanos a través de una animal intermediario. Probablemente, mal cocinado. La conclusión es que todavía no hay conclusiones al respecto del famoso mercado "húmedo" de Wuhan, en el que proliferaba la venta de carne de animales salvajes. El análisis de las cuatro decenas de primeros infectados por el Covid-19 que publicó la revista médica "The Lancet", informa el diario británico The Guardian, reveló que más de la mitad habían tenido contactos con el mercado chino. Pero ese mismo análisis reveló también que no así el primer caso conocido.

En la guerra diplomática que libran Estados Unidos y China se halla la clave de la polémica decisión de Trump de congelar los fondos de la Organización Mundial de la Salud. El doctor Robert R. Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, elogió ayer, como publica The New York Times, a la Organización Mundial de la Salud y dijo que las preguntas sobre lo que hizo o dejó de hacer esta institución durante la pandemia deberían aplazarse hasta después de la crisis. Redfield se ha mostrado en desacuerdo con el anuncio del presidente Trump, el martes por la noche, de congelar los fondos estadounidenses para la OMS, acusando a la organización de mantener un sesgo chino y de contribuir a las muertes ocultando inicialmente la propagación del virus. Las críticas a la OMS de Trump y de sus asesores médicos provienen en gran parte de las filas conservadoras que se enojaron cuando los líderes de la organización de la salud elogiaron a China por su determinación para limitar la propagación del virus después del brote en Wuhan. "Sus errores han sido los que han causado tanta muerte", dijo el Presidente a los periodistas durante una sesión informativa de la Casa Blanca. Y culpó a la OMS por haber ofrecido respaldo a ese tipo de actuación.

Las críticas a Trump han sido generalizadas en Estados Unidos y no solo desde el ámbito científico. Bill Gates, fundador de Microsoft, que ha donado una gran parte de su fortuna para apoyar iniciativas de la salud pública, también se mostró contrario a la controvertida decisión del Presidente: "Frenar los fondos durante una crisis de salud mundial es tan peligroso como parece". Y recalcó que el trabajo de la OMS está frenando la propagación del coronavirus y "si eso se detiene, no hay ninguna otra organización que pueda reemplazarla". El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, también según el Times, terció en el enfrentamiento. Dijo que posiblemente los mismos hechos hayan tenido distintas lecturas por diferentes entidades pero que este no es el momento, en medio de una pandemia, de resolver las diferencias. Mientras tanto se extiende que Tedros Adhanom, actual presidente del organismo mundial de la salud, excolaborador del régimen comunista etíope, fue colocado estratégicamente en el puesto por China.