Juan Vera manifiesta que en China el gobierno tiene capacidad para saber en cada momento dónde se encuentra o dónde ha estado cada uno de sus ciudadanos, y quiénes han estado con él o han pasado junto a él. Así, por ejemplo, si se confirma que un ciudadano da positivo al Covid-19, se analiza qué transportes públicos ha utilizado y, de forma consecuente, quienes han viajado con él o han pasado a su lado en algún momento. Por lo que se ha podido avisar a estas últimas personas para que se sometan a los test pertinentes y así saber quién está realmente infectado. Vera insiste en que ese seguimiento individual no se produce hoy en día en los países occidentales. Desde su punto de vista, "ese control que se registra en China con las comunicaciones puede ser bueno" ante la actual coyuntura, "pero un problema para mañana; es muy malo para la privacidad". Desde el punto de vista de las investigaciones policiales, la geolocalización por los teléfonos móviles permite desde hace muchos años saber si un sospechoso estuvo en el lugar donde se cometió un delito grave o no. Y esa prueba se utiliza en los procesos judiciales. Para obtenerla, los agentes deben realizar un trámite en el juzgado y pedir esa información a las compañías telefónicas. Como ejemplo, este procedimiento se aplicó en la investigación desarrollada de forma conjunta por el Equipo de Delitos contra las Personas de la Guardia Civil y el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional para esclarecer el asesinato del empresario Raimundo Toledo.