¿Cuál es el objetivo del comité de expertos?

Poner a disposición de las autoridades la capacidad de análisis y modelización que existe por parte de la comunidad matemática española. Queremos servir de interlocutor muy rápido para que, ante cualquier problema de los que tenemos que afrontar estos días que tenga una componente matemática o estadística importante, podamos facilitar equipos de investigadores que pueden ayudar a resolverlo. Se trata de intentar resolverlo de la manera óptima o lo más cercano a óptima.

¿Cómo combate este comité la propagación del Covid-19?

Lo que nosotros podemos hacer, ante problemas concretos, es recomendar la obtención de datos específicos para que nuestros investigadores puedan analizarlos, modelizarlos y, sobre todo, anticiparse. Los modelos de epidemiología que se utilizan habitualmente tienen una componente matemática fuerte. En este tipo de cosas, creemos que la comunidad matemática española puede ser de ayuda ya que ahora se están dando unas circunstancias muy especiales. Para eso, necesitamos cualquier información que permita mejorar esos modelos y tratar de hacerlos más reales. Sin embargo, esto solo es una pequeña faceta de las cosas que podemos hacer contra el virus los matemáticos.

¿Cuáles son las demás?

Gestión de recursos, que son muy escasos y, a veces, están repartidos entre administraciones. Los matemáticos estamos muy acostumbrados a resolver problemas de optimización con restricciones. Puede ser muy importante poder anticiparnos y saber si el paciente que está siendo diagnosticado ahora, va a ser de los que dentro de diez días esté en la UCI. O si el paciente está en casa, es interesante saber si es muy probable que dentro de una semana ingrese en el hospital o no. Estamos muy habituados a trabajar en situaciones de este estilo, pero necesitamos datos y si son de calidad, mejor. Ahora lo prioritario es la atención y la mitigación desde el punto de vista sanitario, pero es muy conveniente no olvidar la otra faceta. Por ganar diez segundos en no escribir los datos cuando una persona acaba de ser diagnosticada, perdemos información que es vital para poder tomar decisiones importantes.

Más allá de los datos sanitarios, ¿también son fundamentales los de las administraciones?

Por supuesto. Hay que ser capaces de identificar los problemas importantes y urgentes en las distintas administraciones. Pedimos que utilicen una pequeña parte de su valioso tiempo para explicarnos los problemas que tengan un aspecto matemático. Queremos solventarlos.

Día a día se informa de números de contagios y muertes, ¿cree que el ciudadano recibe demasiada información que no sabe gestionar?

Desde mi punto de vista sí. El problema es que son datos muy heterogéneos. No todos los sistemas sanitarios tienen la misma forma de registrar datos, como bien estamos viendo en distintos países europeos, y eso que a muchos efectos están regidos por directivas comunes. Los criterios de determinación de la causa de la muerte o de administración de test no son iguales, por lo que es muy difícil comparar.

¿En qué términos se podría hacer una comparación?

Podría hacerse teniendo una información muy relevante de como son esos criterios. Pero muchas veces no son tan transparentes o evidentes. Para el ciudadano es muy importante tener información, eso está claro, pero los datos actuales son parciales. Sabemos que no todos los que padecen la enfermedad figuran en el registro de estadísticas, porque hay mucha gente asintomática que probablemente nunca sabrá que pasó la enfermedad.

Los datos cambian dentro del mismo país. ¿Por qué para una región como Galicia se esperaba el pico para un determinado momento y Canarias lo preveía para otro momento?

Los estadísticos estamos muy acostumbrados a que cualquier dato de la vida real, sobre todo que va evolucionando en el tiempo, esté sujeto a fluctuaciones. Cualquier señal que vas observando, como el paro, hay momentos concretos en que sube o baja un poco más de lo que parecería lógico. En este caso podría haber un montón de causas que yo conozco. Por ejemplo, el registro del número de casos confirmados puede tener efectos estacionales. A lo mejor no todos los días de la semana se registra de la misma forma. Si tenemos datos y acceso a quien genera el dato, que nos da información muy valiosa, podemos hacer modelos que, por ejemplo, traten de evitar esos efectos fin de semana. Normalmente te dan el dato en bruto. Últimamente se está mirando el coeficiente, es decir, cuántos casos confirmados hay a día de hoy y cuántos ayer. Es una buena medida. La idea es que ese porcentaje de subida sea cada vez menor. Y nosotros creemos que podemos ayudar. Desgraciadamente, pero esto es así, durante las guerras fue cuando nacieron muchas técnicas dentro de la matemática que son muy necesitadas en la actualidad.

¿Estas crisis servirá para afrontar otras pandemias?

Estoy seguro de que sí, porque desarrollaremos modelos para anticiparnos. Es muy importante extraer lecciones para el futuro. La homogeneidad del dato es algo muy importante. No es muy lógico que en la Unión Europea, a nivel de registro de datos sanitarios, estemos viendo estas diferencias. O es porque los protocolos son distintos o porque no se cumplen con el mismo rigor en un sitio que en otro. Es importante que esto no nos pase en un futuro y es muy fácil de hacer, tomar la decisión política e implementarla. Ahora no es el momento, pero cuando pase todo, sí. Comparar lo que pasa en distintos países tiene mucha trascendencia, pero ahora no se puede hacer. No son comparables.

¿Cree que el confinamiento es la mejor medida para frenar la propagación del virus?

Está claro que es una medida que va en la buena línea. Hemos visto que se han reducido las tasas, aunque tenemos muchísimos afectados y, lo que es peor, fallecidos. Es una medida efectiva. ¿Es necesaria una más efectiva o una más suave? Como dicen muchos políticos, para responderla necesitamos datos. Necesitamos que los responsables den datos a los matemáticos.