¿Cuándo volveremos a ir por la calle, por los bares y en los trenes como antes?

Estamos controlando el pico, pero no hemos controlado la epidemia. Esa pregunta es como la del paciente al médico: "Doctor, ¿cuándo me curaré?" Es difícil contestar. Parece que se va confirmando que se desacelera la epidemia. Creo que la mayoría de la gente en mayo entrará en un distanciamiento social intermitente, quizá salir y estar en grupos de cinco, diez, pero hasta que controlemos la epidemia no podremos ir al fútbol, mítines o manifestaciones. No veo a la gente en los bares hasta el verano. Y depende de ir controlando la epidemia, y también de si este coronavirus, como otros, es sensible a la luz y el calor. Si es así, de eso tenemos mucho en España; pero se está estudiando aún. El calor no elimina el virus de la gripe, cualquiera puede agarrar una gripe en verano, pero sí es verdad que en verano progresan mucho menos la gripe y otros coronavirus, como el SARS.

La desecalada de este confinamiento, ¿ha de ser primero laboral y después social o lúdica?

Sí, en el sentido de que hay que hallar un equilibrio entre controlar una epidemia confinando a una sociedad y mantener su pulso económico. Porque dentro de siete meses no se puede tener una desaceleración económica tan brutal que cause más problemas de salud que los que causa la epidemia. La pobreza trae problemas de salud, y los problemas de salud originan pobreza; es un círculo vicioso. El retorno al mundo laboral es para asegurar que no entramos en una dinámica de pobreza importante, como creo que va a pasar en el sur del planeta.

¿Hasta qué punto se la juega España? ¿Puede ocurrir que este país salve vidas del Covid-19 pero luego no pueda pagar quimioterapias?

No. Hay una sensibilización social que abre una ventana de oportunidad para un pacto entre partidos que nos permita no solo añadir más fondos al sistema de salud para prevenir futuras epidemias, también para gestionar el día a día; el cáncer por ejemplo. Pero los que andamos en política de salud sabemos que esas ventanas se abren? y se cierran. No duran mucho. En 1918, de la gravísima epidemia de gripe se extrajeron lecciones: una, que en Saint Louis, en Estados Unidos, se entendieron bien los políticos, el gobernador, el superintendente de Educación y la Policía, y allí la epidemia se resolvió más rápido que en ciudades cercanas como Pittsburg o Philadelphia, donde hubo mucha culpabilización entre grupos, y el virus pegó más fuerte. Donde hay unión entre políticos y técnicos todo va mejor, y luego se construye un sistema de salud más poderoso, la segunda lección de la epidemia.

La culpabilización da de comer al virus...

La culpabilización, el blame game americano. La unión de los actores que han de intervenir es tan importante como un medicamento. Si no hay unión entre los políticos, ¿cómo se le va a pedir a la población que esté unida, y a los profesionales de la salud que den ejemplo?

¿Cómo le explicaría a un japonés lo que está pasando en la política española con el Covid-19?

Le diría que se ha empezado a romper la luna de miel, que duró 12 días, y que es fundamental que el liderazgo sea unificador y que muestre una estabilidad emocional ejemplar. Me gustaría que en España los políticos consigan trabajar juntos al menos un año para que tengamos tiempo de controlar esta epidemia con una vacuna. Necesitamos al menos un año. Ya lo aprendimos con el SARS y el MERS: se necesita liderazgo ejemplar de crisis.

Cada una de nuestras tres últimas generaciones de políticos demócratas han afrontado una situación grave. En la II República, una guerra. Tras la dictadura, una transición difícil. Ahora esto. ¿Está generación joven de políticos es de fiar?

La población está atenta a lo que hacen los decisores, pero si no ve unión en una crisis como esta desconectará aún más de la política. Antes de la epidemia ya habíamos visto desencuentro entre la política y una población que estaba desconectando. Hoy está más conectada porque está pendiente de lo que hacen los decisores, pero si no ve unión en una crisis como esta se desenganchará aún más. Hay un ejemplo histórico: cuando mataron a Kennedy, en 1963, el presidente demócrata Johnson -que lo hizo muy mal con Vietnam pero hizo otras cosas bien- aprovechó el sentimiento de unión tras el asesinato y, con los republicanos, implementó el paquete de ayudas sociales más importantes del siglo en Estados Unidos, mas que los de los Roosevelt. Esta situación da una oportunidad para recaptar la confianza de los ciudadanos. Aquí se podría hacer lo mismo: en este momento necesitamos que alguien sepa captar la unión que ahora tenemos en torno a los profesionales, y convertirla en activo político. No veo que podamos conseguir un plan Marshall con la clásica bronca política que hemos visto en este país hasta ahora.

¿Las epidemias son aliadas del populismo?

Sí, pero también es posible que, como los populistas en general no son procientíficos ni prociencia, la epidemia juegue en su contra. Hablo de Brasil y de Estados Unidos, Bolsonaro y Trump... Es curiosa la pelea entre el populismo y la evidencia científica. Solo tras un mes de negacionismo han empezado a creer y a apoyarse en la ciencia para hacer las cosas. Trump nombró al sobrino de Kennedy, un antivacunas feroz, jefe de vacunación. Los científicos han de desmentir constantemente a Trump.

¿Le ha sorprendido que Europa y España no tuvieran capacidad industrial para autoabastecerse de mascarillas y test? Que son mascarillas, no naves espaciales...

Sí. El ser humano tiene en su cerebro un sesgo hacia la normalidad, y ese sesgo ha afectado también a los líderes, incluso los chinos, que han pensado que esto no iba a ser tanto? Cuando tocaba arrancar el motor no teníamos los elementos, ni nosotros, ni los alemanes, ni los ingleses? Y si hay alguien que sabe cómo moverse para controlar epidemias desde el siglo XIX, esos son los ingleses, y a ellos también les ha pillado fuera de juego. Habrá que hacer un análisis retrospectivo de por qué no tenemos la capacidad industrial para tener rápidamente lo esencial. Yo estoy diciendo en Canadá, Argentina y países de Europa: "Mirad, como esto va para largo, empezad a buscar soluciones dentro del país y que no dependan de mercados exteriores.

¿Sabe de alguien al que le gustaría estar en el pellejo del doctor Fernando Simón?

Lo ha hecho bien, y se merece bastante más respeto que el que le dan algunos. Eso se reconocerá a posteriori. Una epidemia se puede controlar por control epidemiológico, como el doctor Simón, o con una vacuna. Mientras no tengas una vacuna, estás condenado al control epidemiológico.

¿Por qué las últimas epidemias, salvo el ébola, vienen de Asia?

No es ninguna conspiración. Viruela, polio, SARS, MERS, este coronavirus vienen del mundo animal. Lo que tenemos que saber es que va a haber más, y estar preparados. Cada cuatro o cinco años ha habido un salto del mundo animal al humano. Algunos se han controlado pronto y localmente; este se han convertido en pandemia.

¿Y por qué este virus, que quizá tiene milenios de antigüedad, nos asalta ahora, y no en 1520 o 1801?

Siempre han saltado los virus, pero, al no estar globalizado el mundo, afectaban a un grupo pequeño, un pueblo en China hace cuatro siglos por ejemplo, y, cuando ya no encontraban víctimas para extenderse, se autoanulaban. En Europa hubo algo más de intercambio, y eso diseminó salvajemente la peste hace 800 años.