Los sanitarios son uno de los grupos con mayor riesgo de exposición al virus de la Covid-19 en España. Sin vacuna ni terapia clara, evitar el contagio es una tarea titánica para la que cuentan con la simple protección de una mascarilla, un par de guantes y una bata. Pero, ¿qué pasaría si su cuerpo pudiera anticiparse al contagio y evitarlo? Justamente en un tratamiento que pueda actuar en este sentido -a través de la conocida como profilaxis preexposición- es en el que van a empezar a trabajar 62 hospitales de toda España, entre ellos el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y el Hospital Insular de Gran Canaria.

En nuestro país ya son más de 25.000 los profesionales que, debido a su exposición continua al patógeno, se han contagiado de esta enfermedad. De ellos, 28 han fallecido. En Canarias son 406 los médicos, enfermeros y otro personal del Servicio Canario de la Salud (SCS, lo que supone el 1,3% del total del personal de los centros sanitarios públicos.

El ensayo clínico, auspiciado por el Ministerio de Sanidad, y llamado Epicos (Ensayo Clínico para la Prevención de la Infección por Coronavirus en Sanitarios) se prolongará durante los próximos tres meses y en él participarán entre 50 y 60 sanitarios de cada centro hospitalario, unos 4.000 en toda España. Lo ideal, como indicó el jefe de infecciones del HUC, Juan Luis Gómez Sirvent, es que en el estudio participen los profesionales más expuestos al virus como los de las Unidades de Cuidados Intensivos o los de Urgencias, aunque afirma que al ser de carácter voluntario, podrá participar cualquier sanitario que se apunte.

Los primeros resultados podrían publicarse en cuatro semanas, según confirmó el Hospital Universitario de Canarias. "Queremos probar tres ramas terapéuticas", explicó Juan Luis Gómez Sirvent, que señaló que estas líneas de investigación estarán basadas en el uso principal de dos fármacos: la Hidroxicloroquina, usada para tratar y prevenir la malaria, y el Emtricitabina/Tenofovir disoproxilo, un antirretroviral conocido por su uso en el tratamiento del VIH.

Divididos en cuatro grupos de estudio, los sanitarios deberán probar la eficacia del uso de uno u otro fármaco o la combinación de ambos. El último será un grupo control al que no se le administrará nada. "Son fármacos que estamos utilizando para tratar la Covid-19", afirmó Gómez Sirvent que indicó que los resultados iniciales de su utilización muestran que podría tener también una función de defensa contra el virus. No obstante, el médico e investigador se muestra prudente ya que la celeridad que requiere la emergencia sanitaria no ha permitido comprobar científicamente en ningún lugar que estos fármacos realmente estén teniendo un efecto en los pacientes. Por esta razón, "cuando acabe el estudio podría ocurrir que ninguno de estos tratamientos sea eficaz", señaló Gómez Sirvent.

El debate de la cloroquina

De hecho, alrededor del uso de la cloroquina para tratar el coronavirus se ha generado un debate científico de gran calado lo que, a su vez, ha llevado a países enteros a acabar con los stocks de muchas farmacéuticas. Varios estudios pequeños han destacado como vía terapéutica el uso de la hidroxicloroquina, derivado de la cloroquina, por ser un inmunomodelador, pero todos ellos han dado resultados poco concluyentes.

En un reciente estudio realizado por investigadores franceses se destaca que el uso de la cloroquina se ha utilizado en infecciones virales y ha mostrado ser eficaz in vitro. Los investigadores recuerdan que este compuesto fue uno de los utilizados en 2003 para tratar el SARS y mostró una efectividad del 50%. Eso sí, siempre in vitro. No es tampoco la primera vez que un derivado de la cloroquina se utiliza para crear una profilaxis preexposición como la que se pretende establecer con el estudio clínico de los hospitales españoles. "Los europeos que visitan áreas geográficas con malaria endémica reciben cloroquina profiláctica y siguen tomándolo dos meses después de regresar de ese país", explican en el estudio.

"En laboratorio ha mostrado efectividad", corroboró el médico, que insistió en que esto no significa que vaya a funcionar a nivel clínico en un humano contagiado. La hidroxicloroquina es un medicamento que se utiliza como tratamiento de la malaria y para disminuir la inflamación en pacientes con lupus, artritis reumatoide y otras enfermedades de origen autoinmune. En España, este fármaco se conoce bajo el nombres comercial de Dolquine como una terapia para ciertos problemas crónicos vinculados con ciertas alteraciones del sistema inmunológico. A pesar de su uso generalizado, no está exento de efectos secundarios

La esperanza retroviral

Sin embargo, es una esperanza de tratamiento preventivo al que también se suman los antirretrovirales utilizados para el VIH. Estos fármacos han sido otra de las líneas terapéuticas para tratar a los enfermos de Covid-19 de la que más se ha hablado. "Se utiliza en personas con posibilidad de contagio de VIH como método de profilaxis preexposición", afirmó Gómez Sirvent, que señaló que, a tenor de las estrategias seguidas en otras patologías y aunque "no sabemos si va a resultar o no", "vale la pena" probar si la gran capacidad de contagio del Sars-Cov2 se debilita con el uso preventivo de alguno de estos fármacos. Epicos es un ensayo clínico "importante" que, si validara la utilidad de alguna de las ramas terapéuticas, podría marcar un antes y un después en la forma de afrontar la patología. "Podríamos suministrárselo a las personas con mayor riesgo" y, por ende, daría un vuelco a la forma de afrontar la pandemia.