Las mascarillas son un bien de lujo en estos momentos en Canarias. No solo porque llevan meses agotadas en la mayoría de las farmacias de las Islas sino que además empiezan a tener unos precios prohibitivos, dispares y, ante todo, desorbitados. De siete a diez euros por mascarilla muestran las facturas de canarios sorprendidos por lo que consideran un asalto a la cartera.

Hace unas pocas semanas, las mascarillas quirúrgicas se vendían en paquetes, apenas costaban unos euros y se vendían muy poco. Pero primero la calima y luego la crisis del coronavirus ha logrado convertirlas en un producto que no está al alcance de todos. De hecho, el consejero de Sanidad, Julio Pérez, admitió ayer que "en este momento las mascarillas son escasas" con "desaprensivos que han aprovechado para venderlas más caras".

Esta situación, sin embargo, tiene un origen mucho más complejo y que comienza en la producción en China. La cotización de este producto en el país llega ahora a 0,72 céntimos la unidad cuando antes "las cajas costaban 10 céntimos", como explicó el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, Manuel Ángel Galván. Lo mismo ocurre con los geles hidroalcóholicos, que, han pasado de costar uno o dos euros a casi siete. Y el origen está en la demanda mundial que está rozando la desesperación abriendo la puerta a muchos proveedores (que normalmente no se dedican a la venta farmacéutica) a crear una verdadera casa de apuestas en los aviones que transportan la mercancía a uno u otro país.

"Se puja por el material en pleno vuelo", afirmó Galván, y de esta manera, es quien proponga una cifra más elevada el que finalmente se queda con el cargamento, independientemente de su destino inicial. Y esto puede provocar que un avión que con productos comprados en un primer momento en España se quede a mitad de camino, por ejemplo, en Estados Unidos, por haber realizado una mejor oferta.

La burbuja de estos productos de protección sanitaria, que también afecta a los geles hidroalcohólicos o los guantes, está siendo investigada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a raíz de las consultas recabadas durante los últimos días en su buzón con el objetivo de poder sancionar esta situación. El supervisor también está investigando los "sustanciales" incrementos del precio de determinados productos de protección de la salud como consecuencia del aumento de la demanda global y el actual desabastecimiento en el mercado. "Por ello, se está analizando de manera pormenorizada la evolución de estos mercados en España para identificar y, en su caso, sancionar la existencia de conductas anticompetitivas derivadas de tales incrementos de precio", aseguró Competencia.

Mientras, los profesionales se debaten entre adquirir o no estos productos. "No estamos ganando ni un euro cuando las vendemos, las estamos poniendo al precio a la que los compramos, que son desorbitados", explicó Galván, que señaló que se está recomendado a las farmacias dela comunidad autónoma no comprar estos materiales.

Por esta razón insisten en que es necesario que el Gobierno estatal ponga coto y establezca un precio máximo. Especialmente cuando se plantea que sea de uso obligatorio. De hecho, medidas como esta ya se han planteado en países como Marruecos, donde han establecido un precio máximo de 0,80 dirhams (0,07 euros) por unidad.