Dos meses después del cambio al frente de la parroquia de San Francisco de Asís, esta iba a ser la primera vez en 26 semanas santas que el Señor de las Tribulaciones iba a procesionar precisamente sin el que ha sido su gran valedor en la divulgación de esta advocación en los últimos años. Desde el pasado febrero, el sacerdote tacorontero que admite que aprendió a ser cura en los dos o tres primeros años que estuvo destinado en La Gomera para luego ser destinado a Taco -donde permaneció una docena de años, y luego a La Concepción de La Orotava, en la que estuvo 18 hasta que fuera destinado a San Francisco, ahora está en su vivienda familiar, en la avenida Tres de Mayo. "Aquí tengo un pasillo para caminar y un balcón al que me asomo cada tarde de las siete para unirme a los aplausos de homenaje a los sanitarios". Está a la espera del centro de mayores de La Salle, donde el obispo nivariense le ha asignado que preste su labor pastoral.