Greenpeace ha denunciado que la presentación este martes del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) a la Unión Europea por parte del Gobierno es precipitado y viola la obligación de garantizar el derecho a la participación pública.

Si bien, en un comunicado la ONG señala que ahora la obligación del Gobierno es centrarse en la crisis sanitaria, sin menoscabo de las actuaciones que den respuesta a la emergencia climática, pero considera que la Comisión Europea debería exigir que el PNIEC fuera más ambicioso y respetase los procesos de participación pública.

Greenpeace lamenta así que el Gobierno haya aprobado el plan en estas condiciones y bajo la presión de unas instituciones europeas que deberían estar centradas en la profunda crisis sanitaria y social provocada por el coronavirus.

Al enviar este martes el plan, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico daba por cumplida la obligación exigida por el Reglamento UE 2018/1999, sobre la Gobernanza de la Unión de la Energía y de la Acción por el Clima, a los Estados miembros de probar un PNIEC (con la estrategia de reducción de emisiones hasta 2030) y una Estrategia a Largo Plazo (hasta 2050), que debía estar cumplida para el pasado 31 de diciembre de 2019.

Pero Greenpeace también recuerda que el PNIEC estaba en fase de alegaciones al estudio ambiental estratégico, que es requisito legal indispensable para aprobar este plan. Pese a lo anterior, el Ministerio ha decidido aprobar definitivamente el plan, sin esperar a agotar todas las fases del procedimiento, saltándose partes tan importantes como la evaluación ambiental estratégica o la participación pública en su elaboración.

El responsable del Programa de Cambio Climático de Greenpeace España, José Luis García, califica este envío de "decepcionante", porque el Gobierno llega "tres meses tarde" en el cumplimiento de esta obligación europea, para acordar deprisa y corriendo, modificando las reglas del juego en mitad del procedimiento, un PNIEC.