El departamento de Innovación de la empresa canaria Grasaica ha decidido sumarse a la lucha contra el coronavirus a través de la fabricación de respiradores, claves para tratar a pacientes con insuficiencia respiratoria. El prototipo se encuentra ahora mismo en fase de testeo, explica a Efe la administradora de la empresa, Ana Isabel González Villalba, no obstante, el equipo de trabajo, conformado por diez técnicos, ya trabaja en la fabricación de otros tres dispositivos, "para que en caso de que sean necesarios, estén disponibles", añade.

La sociedad asegura, además, que ya ha enviado la documentación necesaria para solicitar el marcado CE, el distintivo que determinará si el producto cumple con los requisitos de seguridad, eficacia y calidad establecidos en la legislación. "Lo que estamos intentando es aportar nuestro granito de arena, e incluso, que la sociedad canaria vea que aquí también somos capaces de crear alternativas en caso de que haya escasez de respiradores", sostiene la empresaria.

Villalba explica que la iniciativa surgió días antes de que se decretara el estado de alarma, "cuando la situación comenzaba a complicarse para España", e insiste en que la insularidad supone un hándicap para las islas, "pues si hay escasez de material en Madrid y Cataluña, imagínate en Canarias", remarca. Grasaica S.L. nació en 1980 como un pequeño taller de reparación para automóviles y embarcaciones en Granadilla de Abona.

En la actualidad, la empresa diseña y desarrolla equipos y productos en varios sectores comerciales, y presta servicios de mantenimiento a empresas de reciclado y tratamiento de residuos urbanos, por lo que, aunque la primera parte de la empresa está paralizada, la segunda continúa en funcionamiento. Para la elaboración del prototipo, la empresa ha tenido que buscar y encargar materiales tanto a otras islas como a península. Una labor "complicada", confiesa Villalba, pues la mayor de sus proveedores han cerrado.

El respirador ha sido diseñado por la oficina técnica de Grasaica, en la que también trabaja su hermano Juan Manuel Villalba, ingeniero y coadministrador de la empresa. "Y tod lo estamos haciendo con fondos propios", agrega. A pesar de todo lo anterior, Villalba espera que su empresa no tenga que fabricar nunca un respirador, porque eso significaría "que la situación no ha llegado a tanto"; no obstante, de ser necesario, comenzarían a producirlos bajo demanda de las autoridades sanitarias en cuando les fuese indicado, concluye.