La crisis del coronavirus también se nota en las llegadas de pateras a las costas españolas: en la segunda quincena de marzo, coincidiendo con la vigencia del estado de alarma, 251 inmigrantes lo han logrado, un tercio de los que lo hicieron los primeros 15 días. Solo 4 llegaron por el Mediterráneo.

Porque la situación en Canarias continúa siendo la misma: de esos 251, 247 alcanzaron el archipiélago a bordo de 8 embarcaciones. En todo el mes, han sido 296 inmigrantes y once pateras, lo que supone cuatro veces más (un 232,5 %) que el año pasado, cuando fueron 89 y 9, respectivamente. Así se desprende del último balance de inmigración irregular publicado por el Ministerio del Interior, que no recoge, sin embargo, los tres cayucos interceptados el pasado miércoles con casi 100 inmigrantes en su interior cuando trataban de alcanzar las islas.

Todo lo contrario de lo que ha ocurrido en el Mediterráneo, donde el estado de alarma ha frenado en seco las llegadas irregulares de inmigrantes: del 15 al 31 de marzo, Interior solo ha contabilizado una patera y cuatro inmigrantes. Pero en la primera, cuando el coronavirus aún no se había cebado con nuestro país y en el imaginario común no se podía ni siquiera concebir nada parecido a lo que estaba por venir, llegaron 28 cayucos a la Península y Baleares con 439 personas.

En todo marzo, las entradas por vía marítima en España ascendieron a 762, cuando en el mismo periodo de 2019 fueron menos de la mitad (340), lo que viene a confirmar los descensos de entre el 40 % y el 50 % que se llevan encadenando desde hace más de un año.

LAS ENTRADAS TERRESTRES TAMBIÉN SE PARALIZAN

Atendiendo a ambas vías de ingreso, marítima y terrestre, un total de 5.473 personas han entrado de forma irregular en nuestro país hasta el 31 de marzo, un 18,7 % menos que el año pasado por estas mismas fechas. También aquí se aprecian diferencias de antes a después del estado de alarma: del 1 al 15 de marzo, la cifra fue de 148 entradas, un 15,27 % más respecto a febrero. Pero a partir de entonces, la cifra se redujo a 23, con lo que el aumento fue tan solo del 2,05 %. Por Ceuta, entraron 23 inmigrantes en todo el mes, solo 1 en la segunda quincena, según el recuento del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska. Mientras, en Melilla lo hicieron 148, 22 de ellos después de la alarma.

CIES VACÍOS

Otra de las consecuencias de esta situación excepcional es el vaciamiento paulatino de los ocho Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) que hay en España: La Piñera (Algeciras) y su anexo en Tarifa; Zapadores (Valencia), Zona Franca (Barcelona), Sangonera la Verde (Murcia), Barranco Seco (Las Palmas), Hoya Fría (Tenerife) y el de Aluche en Madrid. Antes del estado de alerta, su nivel de ocupación estaba al 60 por ciento. Ayer, cayó al 9 %.

Pero esa bajada obedece a que los inmigrantes no pueden superar el periodo máximo de estancia de 60 días antes de ser expulsados de nuestro país. Dado que con el estado de alarma es imposible ejecutar la repatriación, los internos están siendo puestos en libertad y derivados al sistema de acogida.

Ha sido el CIE madrileño el último en echar la llave por el momento: ayer, Cruz Roja se llevó a sus últimos cinco ocupantes. Los primeros fueron los de Barcelona, Tenerife y el anexo de Tarifa. Y hace dos días, un juez ordenó el desalojo de Barranco Seco tras detectar que los contagios de coronavirus se están extendiendo entre los inmigrantes allí recluidos en una situación favorecida por su "hacinamiento".

Igual ocurrió en Murcia, donde la titular del juzgado de instrucción número 9, Olga Reverte, ordenó la liberación paulatina de los cincuenta inmigrantes que quedaban internados en el centro de Sangonera "cuya expulsión no sea posible materializar". En el de Algeciras quedan cuatro, tres de ellos en huelga de hambre para reivindicar su liberación que, más pronto que tarde, tendrá que hacerse efectiva.