El director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, Jacob Lorenzo-Morales, advierte de que la gran demanda internacional de reactivos para realizar pruebas de coronavirus está colapsando a los distribuidores, por lo que "o nos movemos rápido o ahí nos quedamos".

Jacob Lorenzo-Morales expresa toda la disposición del Instituto, que depende de la Universidad de La Laguna, para ayudar a la Consejería autonómica de Sanidad en la lucha contra el coronavirus, para lo que se propuso en enero un convenio y se ha subrayado la capacidad del centro de analizar unas 3.000 muestras. Actualmente el Instituto tiene a pleno rendimiento su Laboratorio de Alertas Biológicas y realiza muestras para Sanidad Exterior, entre otras, para lo que utiliza reactivos procedentes de un fabricante estadounidense que es su proveedor habitual y plenamente validado en cuanto a la fiabilidad de sus resultados.

Sin embargo, continúa Lorenzo-Morales, la gran preocupación es que la enorme demanda internacional hará que se saturen los distribuidores con el consiguiente retraso en los envíos, agravado en el caso de Canarias por su condición de islas, y con el temor además de que Estados Unidos decida cerrar sus fronteras. El director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales no es partidario de comprar reactivos que no han sido validados y señala que si hace sólo un mes o en la fase inicial de las infecciones le hubieran presentado el peor escenario posible de esta pandemia no se lo hubiera creído.

Los científicos "no entendemos lo que ocurre con este virus ni por qué está infectando tanto. No hay un modelo que lo hubiera predicho", asevera el investigador, que es biólogo molecular. Hay estudios realizados en China que apuntan a que el coronavirus tiene dos cepas, una con mayor capacidad patógena y por lo tanto con mayor mortalidad, y otra que causa infecciones más leves pero se contagia con mayor rapidez, e incluso hay investigadores que apuntan a que el virus "se fija" en las partículas de contaminación.

En todo caso, continúa Lorenzo-Morales, las medidas de confinamiento adoptadas son "perfectas" siempre y cuando todo el mundo las cumpla, como ha demostrado la disciplina de la población en China y Corea del Sur, pues el aislamiento es la única manera de atajar el virus, que de momento, no tiene vacuna ni tratamiento "y no saldrán de hoy para mañana".

Con el tiempo el coronavirus formará parte de los virus estacionales, como la gripe y la gripe A, porque la población desarrollará anticuerpos y si ha habido algo en común, añade, es que todos los países han reaccionado tarde y ahora hay un brote que en zonas como Sudamérica, puede causar estragos en cuatro semanas.

En vista de la evolución de la pandemia en España, Lorenzo-Morales se muestra escéptico con un modelo matemático recientemente publicado que apunta a que el pico de contagios se alcanzará en torno al 4 Ó 5 de abril, pues en su opinión aún está aumentando el porcentaje de infectados "y todavía nos queda para empezar a tener algo de vida normal". No obstante subraya que en comunidades como Canarias el ascenso es mucho menos alto y retornará a la normalidad mucho más rápido -quizás a mitad de mayo- que en regiones como Madrid o Cataluña, para las que la situación se puede prolongar hasta agosto.

Una vez llegado a este punto máximo en unos diez días la tasa de contagio empezará a descender paulatinamente, no de golpe "y si la gente hace caso de una vez y se queda en casa", avisa el investigador. Ahora no es el momento de buscar culpables sino de apoyar "para parar esta locura”, añade el director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública, quien lamenta que algunos centros públicos de investigación estén "desaprovechados".