No hay problema en dar la materia de forma telemática para quien como Roberto Marrero está acostumbrado al uso didáctico de las nuevas tecnologías. Este veterano docente ve un aspecto positivo: la mejora durante estas dos semanas de cuarentena en el rendimiento de los estudiantes. De aquellos que trabajan porque, apunta, "solo un tercio mantienen un rendimiento óptimo".

"Mi balance es que los profesores trabajamos más pero los alumnos también", resume por teléfono desde casa. En cuanto a estos últimos -124, de 3º de la ESO a 2º de Bachillerato, de entre 15 y 18 años- reconoce que ha conseguido a distancia lo que no había logrado con las clases presenciales.

Marrero tiene claro que " la brecha digital existe" y se hace muy presente estos días de conexión a internet para mantener el ritmo de las clases que se mantienen en el horario habitual de ocho de la mañana a dos de la tarde. Considera que sobre todo se da entre las familias numerosas con un solo equipo informático en casa que deben compartir entre hermanos o con los padres si estos trabajan.

Hace diez años, cuando daba clase en el CEIP César Manrique de Tahíche, en Lanzarote, Marrero desarrolló el proyecto pionero No con mi móvil. La idea base es promover el buen uso de las nuevas tecnologías en el ámbito escolar y comunitaria a través del lanzamiento masivo de mensajes en las redes sociales contra acciones como grabar a los demás o reenviar imágenes inadecuadas.

Diez años con la iniciativa

La iniciativa cumple diez años el próximo 17 de mayo y su diseñador recuerda: "Todo surgió cuando vi una pelea entre chicos grabada con el teléfono móvil. Pensé que tenía que hacer algo". Tras acabar la carrera en 1987 y "pasar el año de la mili", al siguiente Roberto inicia su amplia e itinerante trayectoria profesional. En 2011 comienza una etapa en Tenerife que dura hasta la actualidad.

Roberto explica que el trabajo a distancia supone un añadido por tener que preparar las sesiones. Pero, aclara, "compensa porque los alumnos responden. Era impensable porque a veces no se aprovechaban ni diez minutos de la hora por mal comportamiento". Matiza que los alumnos que trabajaban antes lo hacen ahora más que nunca, mientras los que ya no lo hacían de manera presencial simplemente no se han conectado. "El rendimiento óptimo lo está dando un tercio de los estudiantes matriculados", explica. "Tengo la tercera clase a las 9:50 y lo tenemos que dejar". Adelante profesor, "vaya " usted a una clase que no existe físicamente, aunque vale igual el rincón preparado en su casa. Buena tarea.